La Unión Europea (U.E.) bloqueó buena parte del total de las compras de petróleo a Rusia. A partir de ello, las cotizaciones se encaminaron en suba, a mediados de la semana pasada.
Los integrantes de la U.E. acordaron prohibir entrada de petróleo ruso. Se trata de más de 2/3 de las importaciones de petróleo de Rusia. La idea es disminuir la fuente de “financiación para su maquinaria de guerra".
La medida es de suma importancia para este bloque. El petróleo ruso significó casi el 30 % de las importaciones del bloque en el año 2021.
Y la cosa no termina acá. Los dirigentes del Consejo Europeo decidieron prohibir el 90 % de las importaciones de petróleo ruso para finales de este año.
Con este cuadro, tanto el WTI como el Brent superaron el nivel de USD 120/barril.
Así las cosas, los precios de las oleaginosas y el maíz avanzaron en suba, acompañando la tendencia alcista del petróleo.
Pero como hemos comprobado en las dos últimas jornadas de la semana pasada, el comportamiento de los precios varió. ¿Por qué?
Porque se supo Putin liberaría un importante tonelaje de granos y de subproductos disponibles en Ucrania desde el comienzo de la guerra.
A ello debe sumarse la sospecha por parte del mercado de que China detenga las importaciones de commodities agrícolas norteamericanos, como consecuencia del empeoramiento en la relación bilateral de ambos países en razón de la guerra.
Para colmo, la percepción general en el mundo de los negocios se plasma en que el alza de las tasas de interés en los países centrales podría llevar a una suerte de recesión global.
En tal contexto lógicamente el valor del dólar en términos de las restantes monedas inició una suba.
Sin embargo, no podemos guiar únicamente por lo dicho.
Porque la situación entre oferta y demanda de soja en EE.UU. es de extrema justeza.
Algo similar sucede en el mundo. El cuadro que sigue muestra el problema:
Este lunes, los precios de la soja cerraron la rueda de Chicago con suaves alzas.
Es que pese a todo, corrió la noticia por el mundo de los negocios la noticia de que China habría importado soja.
Además, el real no deja de fortalecerse frente al dólar. Este fenómeno hace menos atractivas las compras a Brasil de la soja recién cosechada.
Como están las cosas, dado que la guerra sigue en pie y la justeza en el cuadro de oferta y demanda es delicada, no debería extrañarnos que vuelvan las mejoras para la soja.