Se esperaba que la 2022/23 fuese la campaña más sustentable de la década, pero no será así
La 2021/22 seguirá con el título del ciclo más sustentable, ya que se sembraron más de 3,6 M de ha de gramíneas (maíz + trigo) y 4,45 M de ha se soja. En el 2021 hubo siembra récord de maíz, la segunda siembra más importante de trigo y la menor implantación de la oleaginosa de los últimos 15 años de la región núcleo. Pero, ¿por qué el aumento de gramíneas es tan importante para hacer a la producción más sustentable? Hace algunos años, cuando dominaba la soja en el paisaje de la región, la falta de rotación incentivaba la aparición de malezas resistentes, pérdida de fertilidad de los suelos y de biodiversidad. El quiebre de esta tendencia fue en la campaña 2016/17. A partir de allí, los incentivos comerciales acompañaron la adopción de lo que es la práctica más eficiente a mediano plazo para el control de malezas, plagas y cuidado del suelo: la rotación de cultivos. En los suelos aparte, en años lluviosos, disminuye la escorrentía, la erosión de los suelos y aumenta la infiltración, evitando inundaciones. Y en años secos, como en el verano que pasó, termina dando
sorpresas muy favorables en los rindes cosechados como pasó con la soja, ya que suele ser un escudo invisible ante sequías, al limitar la evaporación, y al estructurar mejor los suelos, aumenta el agua útil disponible.
2022 hubiese sido el año del 1 a 1 de las gramíneas con la soja
La tendencia de los últimos siete años era clara y sostenida en la región núcleo. Y nadie dudaba hace un año que el tren de las gramíneas avanzaría más. El 2022 iba a ser el año de mayor rotación, el año en el que finalmente la soja quedara en total equilibrio: por cada hectárea de soja sembrada habría una de trigo o maíz. Pero la relación cambió de tendencia. La soja avanzaría este año sobre unas 400.000 ha en principio (+9%), el trigo retrocedería 250.000 (-10%) y el maíz temprano entre 90.000 y 180.000 (-5 a -10%) ha en la región, respecto a hectareaje del ciclo pasado. Para el cálculo del índice se ha tomado una baja de maíz de 135.000 ha.
¿Por qué los productores se vuelcan a la soja de primera cuando los márgenes de las gramíneas aún son competitivos?
Los márgenes actualizados al 2 de junio de 2022 indican que el maíz temprano sigue encabezando el ranking de márgenes netos con 756 u$s/ha, le siguen la rotación trigo/soja 2° con 636 u$s/ha y la soja de primera con 611 u$s/ha. ¿Entonces? En la región núcleo señalan incertidumbre climática, económica y política, y que la soja de primera es elegida por seguridad. “Los productores ajustados por la seca tienen temor de gastar para sembrar gramíneas”, dicen en Bigand. “Hay una gran incertidumbre económica y política”, dicen en Marcos Juárez. Y también climática, ya que agregan: “se han bajado muchos lotes por falta de agua en trigo. Se sembrará un 35% menos que el año pasado”. “El área de maíz temprano va a depender de la recarga de agua en el perfil del suelo”, dicen en Cañada Rosquín. “Se está planificando la campaña teniendo en cuenta el clima y los costos de los insumos”, dicen en Carlos Pellegrini dónde advierten que el trigo sufrirá “una notable disminución en cantidad y calidad de fertilización”.
Todos se preguntan si con estas condiciones es un año para volver apostar por las gramíneas, o sea invertir en fertilizantes y en híbridos. Los retornos de inversión de cada cultivo resumen muy bien este paradigma, porque las cifras son: 78% para soja de primera, 56% para maíz temprano y 45% para la rotación trigo-soja 2°. ¿Qué quiere decir esto? Que por cada dólar invertido por hectárea el productor de soja gana 0,78 u$s además de haber recuperado todos los costos en los que ha incurrido. Mientras que en maíz temprano y trigo/soja 2° gana aproximadamente cincuenta centavos de dólar por cada dólar invertido al inicio del ciclo.
¿Qué pasó de abril a hoy con los márgenes?
Hay cambios y son muchos. El primero es que para trigo la proyección de rinde para los cálculos se ha ajustado a la baja en función de los pronósticos climáticos y el uso potencial de tecnología. El trigo pasa a considerarse con 37 qq/ha vs los 40 que se proyectaban en abril. (aclaración: para la comparación se ha vuelto a calcular los márgenes trigueros de abril con 37 qq/ha, valor que está por debajo del punto de indiferencia, lo que explica por qué es negativo el valor que aparece para campo propio). El costo medio de los alquileres en región núcleo ha aumentado de 16 qq/ha a 18 qq/ha. El precio de los fertilizantes ha descendido, en particular la urea que pasó de 1.442 u$s/tn a 1.060 u$s/tn. Y el precio a cosecha de los commodities también varió: el maíz descendió un 10%, el trigo se mantuvo y la soja aumento un 3%. Estas alteraciones en las variables han impactado en el cálculo de los márgenes y en consecuencia en su comparación con los del mes de abril. Lo que se observa es una mejora de los márgenes netos (en términos absolutos) de todos los cultivos. La rotación trigo/soja 2° en campo alquilado es el que ha presentado la mayor variación positiva (+258 u$s/ha), mientras que la soja de 2° en campo propio es la que ha experimentado la menor mejora en los márgenes con 23 u$s más por hectárea.
Siembra de trigo 22/23: la falta de agua complica el inicio de la campaña
La siembra está siendo una carrera contra la desecación de la cama de siembra. Tras las lloviznas del feriado se trató de aprovechar cada milímetro y ya se ha sembrado el 30% del trigo de la región núcleo, igualando al avance del año pasado para esta misma fecha. Sin embargo, en las zonas más complicadas por la falta de agua las tareas están paralizadas y muchos no descartan que continúen las reducciones en la superficie destinada al cereal. En el este de Córdoba, como en Marcos Juárez, si
bien se sembró el 80% del trigo, la disminución de área respecto al año pasado ronda el 35%. Y, de no llover pronto, se darán de baja los lotes que restan por implantar. En el centro-sur de Santa Fe, el avance de siembra es del 40%. En Cañada Rosquín hubo un gran progreso de siembra pero la deducción del área ronda el 30%. En Carlos Pellegrini, el cambio a cultivares de ciclos más cortos es una estrategia para sortear la falta de humedad.
En El Trébol se esperará hasta el 20 de junio para sembrar y aumentan las probabilidades de reducciones de la intención de siembra. En el sur provincial, el progreso de siembra es del 28%, pero a medida que se avanza en la fecha de siembra van cayendo lotes por falta de humedad. En el noroeste bonaerense el avance es del 12%, pero advierten que la reducción del área puede superar el 10% que ya se tiene previsto. Por el otro lado, en el noreste bonaerense se encuentran las mejores reservas de agua. Allí hay entusiasmo por sembrar el cereal y se mantendría el área triguera respecto al año pasado.
Trigo: ¿hay buenas noticias del clima para junio?
No, y la respuesta parece bastante tajante y negativa, al menos para la primera mitad del mes. Elorriaga advierte para la región central: “los pronósticos desalientan cualquier probabilidad de un evento atípico en los próximos quince días. Todo parece indicar que junio presentará un comportamiento parecido al de mayo, sin aportes abundantes e inesperados que le den previsibilidad a la campaña que se inicia”. Para los próximos siete días, el escaso contenido de humedad, las bajas temperaturas y la presencia de un centro de alta presión dominando la mayor parte del país provocan condiciones de total estabilidad en casi todo el territorio nacional y particularmente sobre la zona GEA.