De acuerdo con Batimes.com, al igual que en gran parte de América Latina, la carrera por encontrar suficiente fertilizante para los cultivos comenzó.
La invasión de Ucrania por parte de Rusia, a 10.000 kilómetros de distancia, ha limitado el suministro del suplemento agrícola clave en toda la región.
Alrededor del 80% de las 180.000 toneladas métricas de fertilizantes que se utilizan anualmente en Venezuela se importan, sobre todo de Rusia, pero también de Ucrania y Bielorrusia, según el sindicato de productores agrícolas Fedeagro.
Las sanciones occidentales contra Rusia y Bielorrusia, así como las dificultades de Ucrania para exportar han hecho que toda América Latina se esfuerce por encontrar sustitutos.
Rusia se ubica como el mayor exportador de fertilizantes del mundo, con más del 12% del mercado global, pero sus ventas se han visto prácticamente paralizadas por las sanciones.
"Gracias a Dios logramos comprar fertilizantes rusos en conversaciones comerciales en octubre y noviembre, pagamos en diciembre y pudieron llegar en febrero y marzo", dijo a la AFP Celso Fantinel, presidente de Fedeagro.
Sin embargo, Fantinel indicó que aún les falta alrededor de un tercio de sus necesidades, pero el tiempo no espera a nadie y no hay tiempo para encontrar alternativas.
Así las cosas, "estamos produciendo el 30% de nuestra capacidad" debido a la crisis económica de Venezuela, que sufrió ocho años de recesión y cuatro de hiperinflación, dijo Ramón Elías Bolotin, presidente de los productores agrícolas independientes PAI.
"Aun así, no hay suficientes fertilizantes para este 30%".
"Los fertilizantes químicos son esenciales", señaló, para un país en el que el 3% de los 30 millones de habitantes trabaja en la agricultura "para alimentar al otro 97%".
"Trabajaremos con lo que tenemos (...) aunque en algunos lugares habrá que infrautilizarlos".
Escasez masiva
Para los agricultores venezolanos, se trata de un dolor de cabeza más en un país que ya sufre la escasez de combustible debido al colapso de su vital industria petrolera.
En Portuguesa, una región agrícola conocida como el "granero" de Venezuela, las colas en las gasolineras se extienden por kilómetros.
El sector agrícola venezolano esperaba sembrar 250.000 hectáreas de maíz, 50.000 de arroz, 60.000 de caña de azúcar y 70.000 de otros productos como café y cacao, según Fedeagro.
El déficit de fertilizantes es un gran obstáculo. Una hectárea de cultivo de maíz puede producir 10 toneladas de cosecha, pero esa cifra puede bajar hasta tres o cuatro toneladas si las condiciones no son las adecuadas.
Toda América Latina se enfrenta al mismo problema, especialmente sus dos gigantes agrícolas.
El año pasado, Brasil importó casi el 81% de los 40,5 millones de toneladas de fertilizantes que utilizó, y el 20% de ellos procedía de Rusia, según el gobierno.
Argentina importó el 60% de sus 6,6 millones de toneladas, de las cuales el 15% provenían de Rusia.
En tanto, México, Ecuador, Colombia y Perú también dependen, en mayor o menor medida, de los fertilizantes rusos.
En marzo, el presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, dijo que su gobierno subvencionaría las importaciones de fertilizantes debido al "aumento del precio de los materiales agrícolas" provocado por la crisis internacional.
Horst Hobener, productor de maíz en Turen (Portuguesa), declaró a AFP que" los precios han subido un 120% en cuestión de meses".
Se buscan alternativas
El colapso de la industria petrolera venezolana ha afectado a la industria petroquímica, que en el pasado cubría la demanda interna de fertilizantes.
"Esto se ha sentido mucho", dijo el vicepresidente de Fedeagro, Osman Quero.
"En los últimos tres años nos hemos abastecido nosotros mismos de los fertilizantes a través de intermediarios", destacó.
Los agricultores han pedido al gobierno que reactive su complejo petroquímico en el norteño estado de Carabobo, que está semiparalizado desde 2017.
La petrolera estatal PDVSA, tiene capacidad para producir 150.000 toneladas métricas de fertilizantes nitrogenados y fosfatados al año.
Los fertilizantes rusos que utilizan los agricultores de Turén están compuestos por un 10 % de nitrógeno, 26% de fósforo y 26 % de potasio.
"Tenemos dos ingredientes fundamentales: urea (nitrógeno) y fósforo, y sólo necesitaríamos importar cloruro potásico", dijo Fantinel.
"Están explorando otras opciones, pero la escasez mundial ha hecho que muchos exportadores hayan suspendido las ventas debido a sus propias necesidades internas", comentó.
Rubén Carrasco, de la Cámara de Comercio de Lima, señaló a AFP que " Rusia está buscando formas de recurrir a terceros, como Noruega, para volver al mercado",
"Quién sabe, quizá el año que viene se intenten otras fuentes alternativas", afirmó.
Fuente: Portal Fruticola