Se habla mucho del mercado climático como gran definidor de los precios agrícolas. Nadie duda la importancia que tiene el clima tanto en el hemisferio sur como en el norte.
Desde hace unos años también se habla del mercado financiero, a nivel global, que también es tomado en cuenta cuando se establecen los precios.
Algo así sucede con el mercado sanitario.
Además de estos factores, cada tanto aparece el mercado “geopolítico” que determina, sobre todo, la oferta. Este año, comenzó con un duro impacto: la invasión rusa a Ucrania.
Ucrania, en términos de oferta agrícola, tiene una importancia vital en el mundo. Y Rusia, la tiene en concepto de suministro de gas y de petróleo.
El mercado geopolítico comenzó el día 24 de febrero pasado, cuando Putin anunció una «operación militar especial» en Donetsk y Lugansk (Ucrania).
A pocas horas de este anuncio, la ofensiva terrestre empezó y la guerra pasó a ser un hecho cruento.
Si bien era bastante probable que una guerra se avecinara, los gobernantes del mundo se negaban a tomar esa posibilidad demasiado en serio.
Así, hoy el mundo asiste a un problema básicamente de abastecimiento tanto de granos y subproductos como de energía. Todos estos factores están entrelazados. Y afectan los precios agrícolas y también los insumos del productor agrícola.
La zona de guerra es crucial para el mundo.
Ucrania tiene la mitad de las exportaciones de aceite de girasol. Es el cuarto exportador mundial de maíz y el quinto exportador de trigo.
¿Y Rusia? ¡Rusia es el segundo exportador de petróleo del mundo y el mayor productor mundial de gas!
Respecto a Ucrania, el problema no solo es la producción. También es la comercialización. El puerto de Odessa es una sartén con aceite hirviendo.
Los elevadores en Mykolaiv, bombardeados, las costas de Odessa, minadas. Y muchos muertos y heridos. Este es el cuadro. Y los registros satelitales revelan que en la zona no hay movimiento comercial.
Es cierto que el precio del petróleo empezó a subir con fuerza a partir de la guerra. Pero también es verdad que desde noviembre del año pasado había iniciado un recorrido en fuerte alza.
No es casualidad que la mejora en el precio de la soja haya comenzado en noviembre pasado.
Este lunes, los precios de la soja terminaron la jornada, en baja en Chicago. La abrupta caída del aceite (julio perdió alrededor de USD 90 y quedó en USD 1765,65.
El petróleo ha dejado de aumentar. Hoy, el barril crudo de Brent habría quedado en USD 100.82. Hace pocos días, había superado muy cómodamente el nivel de USD 110.
Aunque Indonesia, principalísimo exportador del mundo, haya cerrado las exportaciones de aceite de palma para garantizar la provisión interna, la India brindó un impulso a la baja, cuando sus funcionarios dijeron que cuenta con suficientes existencias de aceites vegetales.
También contribuyo a tal baja, un acentuado retiro de ganancias por parte de los fondos de inversión. Evidentemente, la suba en la tasa de interés en EE.UU. quita poder de compra a los importadores de soja, al alentar la suba de valor del dólar en términos de las demás monedas.
A tomar nota: el valor de esta moneda comparado contra las 5 monedas fuertes del mundo (Libra esterlina, Franco Suizo, Corona Sueca, Euro y Yen habría llegado a su nivel más elevado desde noviembre de 2020.
El Índice Dólar se encuentra ahora en niveles máximos, desde marzo del 2020. ¡Cuidado con ello!
¿Por qué? Porque el valor del dólar puede seguir en aumento. La política antinflacionaria debería continuar en EE.UU.
La devaluación del real impactó negativamente en el mercado puesto que el perder valor la moneda brasileña, se eleva la competitividad de sus exportaciones.
Como vemos hay tantas luces como sombras sobre la actividad sojera, que no es demasiado distinta a la de los demás granos. Y eso que no hemos introducido en esta nota el fantasma de la intervención estatal.
Cuidado, señores.