Este miércoles, al contrario lo sucedido en las ruedas anteriores, sorprendió con sustanciales mejoras, en Chicago y en Rosario.
En esta jornada, la chispa detonante de la suba vino del precio del aceite de soja.
Concretamente, provino de las noticias procedentes de Indonesia.
Como señalamos en el último comentario, este país había aclarado que la medida de prohibición de exportaciones solo estaba referida a la oleína de palma.
Pero este miércoles, el gobierno modificó lo dicho. Y anunció que tal prohibición incluye al aceite de palma crudo.
Su propósito es asegurar la oferta para el mercado interno y, por ende, no permitir una suba en el precio del aceite que usa su población.
El impacto en los valores de la soja fue inmediato, pues Indonesia es responsable a aproximadamente del 30% de las exportaciones de aceites vegetales a nivel mundial.
Como vemos, la bola de nieve (en este caso de aceite vegetal) sigue aumentando, luego de la crisis de producción en Ucrania, a resultas de la terrible guerra, que afecta duramente al girasol.
Entonces, no llama atención que la posición julio del aceite de soja haya llegado, en Chicago, a superar el precio de USD 1867.- por tonelada. Se trata de un alza de USD 50.- en solo una jornada.
Mientras tanto en la Argentina, el avance de la cosecha se desarrolla con normalidad. Y los rindes son mejores de lo que se esperaba.
Por eso, las perspectivas para la producción nacional giran en torno a 41 millones de toneladas.
En cuanto al precio del maíz, vale destacar su comportamiento.
Los futuros en la rueda del miércoles llegaron a un nuevo máximo, en casi una década. Increíble.
El temor a que no se pueda cumplir, por razones climáticas, con el plan de siembra en EE.UU. ejerce una fuerte presión sobre el mercado global.
Los pronósticos –puede decirse- actúan como trampolín para los precios. Pues, el clima desfavorable, impide el normal desarrollo de la siembra. Y se teme que los rendimientos al momento de la trilla sean menores a lo estimado hasta la fecha.