Antiguamente, la producción de arroz se cultivaba en zonas tropicales de Asia, pero con el transcurso del tiempo se fue adaptando a diferentes regiones y distintos continentes. América se posiciona en el segundo puesto entre los principales continentes productores de arroz a nivel mundial, con una participación estimada del 5% de la producción global.
A nivel de países, Brasil y Estados Unidos son claves en materia productiva en el continente. Respecto a nuestro país, se encuentra lejos de ubicarse entre los principales países productores. No obstante, Argentina cuenta con variedades de alto rendimiento, que poseen una calidad superior para el arte culinario, además de ser resistente a plagas y enfermedades, por lo que nos posiciona en un lugar de privilegio como exportador en el mercado internacional. (MAGyP, 2017)
La campaña arrocera 2021/22 ya se ha dado por comenzada en el actual mes de marzo, con un área sembrada que se mantuvo estable respecto al ciclo previo en 200.000 hectáreas, según estimaciones actuales del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca (MAGyP).
Respecto al estadío de siembras entre septiembre y noviembre pasado, el avance de labores sobre el área estimada se ubicó desde un comienzo por encima del promedio de los últimos cinco años en términos relativos, aunque por detrás del ciclo previo durante buena parte de la ventana de implantación. Por otro lado, actualmente ya comenzaron las tareas de cosecha del cereal 2021/22 con un progreso sobre el 54% del área estimada. En comparación con las campañas previas se inició con rapidez la cosecha del grano, aunque destacando una cierta ralentización en las últimas semanas. Al 25 de marzo, nos encontramos con un avance relativo igual al ciclo 2020/21, aunque por encima del promedio de las últimas cinco campañas a igual momento del año que presentan un registro medio de 47% respectivamente.
No obstante, en cuanto al estado de los cultivos, en el informe mensual de febrero de 2022 del MAGyP se reportó una pérdida de superficie en la provincia de Corrientes, debido a la intensa sequía y en menor medida a los incendios ocurridos. A su vez, en este contexto, la falta de agua ha provocado también una irrigación insuficiente, lo que devendría en una merma en el rinde final, aunque aún no se tienen estimaciones oficiales sobre la producción total.
Como información adicional, en el reciente informe mensual de marzo, el MAGyP estima en base a la superficie cosechada hasta el momento un rinde promedio de 6,5 tn/ha para el arroz largo fino. Mientras que para el arroz largo ancho un rinde promedio de 4 tn/ha. De esta forma, los rendimientos efectivamente se encuentran por debajo de lo esperado debido a los factores mencionados previamente.
Si se analiza la situación de la hoja de balance de arroz, en las últimas tres campañas se registra una caída de los stocks finales en sintonía con la mayor demanda por consumo y exportación. De esta forma, el ciclo 2021/22 comenzaría con los menores stocks desde al menos el ciclo 2018/19. Mientras que, en base a lo comentado anteriormente aún se presenta incertidumbre respecto al volumen a producir y tonelajes factibles a exportar a pesar de que se sostuvo el área sembrada de la campaña 2020/21.
Al contemplar una perspectiva histórica del cultivo de arroz en Argentina, tras 20 años de estabilidad, en la década del noventa se registró un boom en la expansión del área sembrada arribando a un récord de 290.850 hectáreas y una producción de 1,66 millones de toneladas en el ciclo 1998/99. A partir de aquí, se observó una gran contracción del área en sintonía con la crisis económica que se desencadenó a comienzos de los años 2000.
Luego, de la mano de la recuperación económica local la inversión en siembra de arroz logró, alcanzado una superficie implantada de 257.847 hectáreas en el ciclo 2010/11 que, si bien no fue un récord en superficie, los mayores rindes permitieron que la producción alcance un nuevo máximo con 1,75 millones de toneladas. Desde ese momento, se retomó nuevamente un sendero errático que derivó en una caída nuevamente del área sembrada con un piso de 185.300 has en la campaña 2019/20, y una recuperación de la superficie en los últimos dos años.
Por último, respecto a la evolución de los rendimientos promedio por hectárea a nivel nacional, el cultivo de arroz ha presentado un gran avance en materia de rindes en el último medio siglo. Desde el ciclo 1978/79 a la actual campaña 2020/21 las toneladas obtenidas por hectárea han aumentado un 138%, con el último ciclo productivo alcanzando un récord histórico en materia de productividad.
Se destaca un avance sostenido en las mejoras de rendimientos en los primeros años del nuevo siglo, en tanto que en la última década se observa un estancamiento en materia de avances significativos. Esta mejora última en la productividad se debe a la introducción de nuevas variedades más productivas, en paralelo con la utilización de técnicas mejoradas de cultivo. El INTA introdujo una nueva variedad de arroz que comenzó a utilizarse en la campaña 2004/2005, denominada “Cambá INTA-Proarroz”, que reúne un alto potencial de rendimiento con excelente calidad de grano y supera a las variedades de mayor rinde en porcentajes de grano entero y grano cristalino: su rendimiento va de los 7.000 a los 8.800 kg/ha en promedio, lo que redunda en un excelente rendimiento en el molino industrial. La difusión de esta variedad contribuyó a mejorar la calidad del arroz argentino, posibilitó mejores precios y el acceso a mercados más exigentes. (SSPM, 2017)
Por Bruno Ferrari – Emilce Terre – Julio Calzada
Fuente: Bolsa de Comercio de Rosario