Buenos Aires - La presidenta del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), Diana Guillén recorrió hoy distintos emprendimientos de productores de fruta fina de la Comarca Andina, en las localidades de El Bolsón, El Hoyo y Lago Puelo, de las provincias de Río Negro y Chubut y se reunió con autoridades municipales.
La visita se enmarca en las acciones que desarrolla el organismo sanitario junto con el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y los municipios para el manejo de la plaga Drosophila suzukii, mosca detectada en la región, que afecta a la producción local de frutas finas.
"Vinimos a la comarca con el objetivo de analizar la situación de la Drosophila en la zona para avanzar en la elaboración participativa, mediante el diálogo con los productores y la comunidad, de un Programa Integral para el manejo de esta plaga", expresó Guillén.
Durante la jornada, la titular del Senasa, acompañada por el coordinador de Protección Vegetal del Centro Regional Patagonia Norte del Organismo, Esteban Rial y equipos técnicos, dialogó con pequeños productores de frambuesa y cereza con los que evaluó a través de sus experiencias el impacto económico y ambiental de la plaga, y posibles caminos de solución.
Más tarde, Guillén se reunió con los intendentes de El Hoyo, Pol Huisman, y de Lago Puelo, Augusto Sánchez con quienes abordó la misma temática.
"Junto a los intendentes, iniciamos una serie de reuniones con productores, equipos técnicos locales e investigadores del INTA y el CONICET que vienen trabajando en los comportamientos poblacionales de la mosca de las "alas manchadas", como se la llama popularmente", explicó la presidenta del Senasa.
Asimismo, Guillén afirmó que "desde el Senasa, y por instrucción del ministro de Agricultura, Julián Dominguez, nos propusimos generar los ámbitos necesarios para buscar los consensos que permitan implementar un programa sostenido con distintas herramientas, ya que no resolveremos el problema con una única solución".
"Debemos enfrentar la plaga entendiendo su dinámica, atendiendo a las particularidades locales, con el aporte de la ciencia, junto con los productores y con la comunidad en su conjunto", finalizó.
Por su parte, Huisman agradeció la presencia del Senasa y celebró la posibilidad de trabajar en una propuesta de Plan para el manejo de la plaga. "Es muy importante la presencia de las autoridades del Senasa para que podamos abordar la problemática y para encontrar las soluciones que necesitamos", destacó.
Finalmente, la titular de Senasa mantuvo un encuentro con equipos técnicos locales para impulsar el intercambio institucional con el objetivo de avanzar en la elaboración de un Plan de Control de la plaga que afecta el potencial productivo de la comarca.
Vale destacar que en la actualidad, la comarca cuenta con una superficie dedicada a la producción de fruta fina de 300 hectáreas repartidas entre aproximadamente 200 productores.
Drosophila suzukii
La “mosca de alas manchadas”, Drosophila suzukii (Matsumura), es una especie de origen asiático que en los últimos años se ha expandido drásticamente por todo el mundo. Debido a su reducida capacidad de vuelo, esta expansión se asocia más a la intervención humana en su transporte que a su capacidad natural de dispersión.
Es una especie muy pequeña (alrededor de 4 mm de longitud) y de gran polifagia, encontrando dentro de los principales hospedantes las frutas finas (arándanos, moras, frambuesas, cerezas, frutillas y otros berries) donde se registran importantes daños, aunque muestra un amplio rango de otras especies afectadas, como frutales de carozo, higo, caqui, uva y kiwi.
Las hembras utilizan como sustrato de oviposición las frutas sanas, gracias a su ovipositor aserrado, sin requerir fruta previamente dañada o sobremadura.
Este ovipositor es una de las características que se tiene en cuenta para la identificación de las hembras y en el caso de los machos, se observa la presencia de una mancha oscura próxima al extremo de ambas alas, aunque hay casos en que no está presente.
La fruta infestada colapsa alrededor del sitio de alimentación y las infecciones secundarias causadas por hongos o bacterias contribuyen a profundizar el deterioro y pudrición del fruto.