Las fertilizadoras que esparcen con doble disco, fabricadas en Argentina, se están abriendo paso en el ámbito internacional.
Si bien es un rubro que todavía no tiene el peso de las exportaciones de otros segmentos como las embolsadoras y los cabezales, está ampliando su oferta.
Fertec concretó su primera exportación de 2022 a Australia, un mercado al que también llegó en su momento Invezta con el modelo Terram.
Asimismo, hay que resaltar la performance pionera de Verion que desde hace varios años coloca sus fertilizadoras en distintos continentes.
Además, está la experiencia de Bernardín que, con tecnología de origen argentino, fabrica equipos fertilizadores en Europa.
Competitividad
Al tiempo que las máquinas nacionales ganan posiciones en otros países, vale preguntarse si está en condiciones de competir de igual a igual con marcas globales.
¿En qué nivel se encuentran para seguir progresando en el comercio mundial?
“Para empezar, digamos que hay una brecha tecnológica muy grande entre las fertilizadoras de gravedad y las máquinas de arrastre y autopropulsadas de doble disco”, explica Santiago Tourn, especialista en Mecanización Agrícola de la Facultad de Ciencias Agrarias de Balcarce (Buenos Aires).
“Si vemos el nivel tecnológico de las máquinas de doble disco, todas hacen dosis variable. Comparándolas con una máquina de Estados Unidos o con una máquina europea, todas logran esa función”, agrega.
“Las fábricas argentinas de fertilizadoras en el último año han invertido mucho en tecnología, como por ejemplo en el desarrollo de platos y aletas”, expresa Tourn.
Diferencias
Observando otras cuestiones tecnológicas hoy vigentes en el mundo, hay empresas como Sulky que tienen la posibilidad de regular el punto de descarga del fertilizante sobre el disco, de manera manual desde la cabina
Además, varias compañías desarrollaron el ancho variable en las fertilizadoras de doble disco.
“Fertec es la única empresa en Argentina que tiene la posibilidad de variar el punto de caída desde la cabina en su versión más full, la Data Line”, remarca Tourn.
“Pero en lo que es ancho variable, no hay una máquina en el mercado argentino que lo tenga”, añade.
El ancho variable resulta clave para evitar el desperdicio de fertilizante cuando, por ejemplo, se trabaja en una cuña o en un lote triangular.
“El ancho variable es lo que hoy está buscando el productor argentino y hay empresas que están trabajando en el tema, pero todavía no está comercialmente disponible”, refiere Tourn.
“Las empresas nacionales que quieran entrar a Europa, tienen que entrar sí o sí con ancho variable”, puntualiza.
“Será muy difícil que un productor europeo compre una máquina si no tiene esa tecnología”, agrega.
Automatización
Una materia pendiente de las fertilizadoras de doble disco argentinas en relación al contexto internacional, consiste en automatizar funciones principales.
“Hay que destacar que la fertilizadora en Europa tiene mucho automatismo. La calibración se maneja de manera automática desde la computadora”, añade.
Una compañía como Amazone ya ha logrado el control automático de la dosis y también de la distribución.
“Amazone cuenta también con una tecnología única que es la balanza que controla el peso en tiempo real”, indica Tourn.
Opera con celdas de altísima frecuencia que permiten calcular y ajustar la dosis en tiempo real y de manera dinámica.
“Las empresas argentinas tienen que trabajar la automatización y hay varias que están en ese camino. Pero es un aspecto que requiere invertir y destinar personas exclusivamente para los desarrollos”, aclara Tourn.
Por Jorge Freites
Fuente: MaquiNAC