Los sistemas ganaderos bovinos (SGB) del NOA se encuentran distribuidos en distintos tipos de ambientes. En Tucumán, una de las regiones con mayor trayectoria productiva, se ubican en el departamento Trancas. Los SGB de esta zona se caracterizan por presentar un esquema diversificado de actividades que incluyen la cría, recría y engorde de ganado para carne.
En el caso de la cría, donde el producto final son los kilos de terneros destetados, el manejo de la alimentación es un aspecto clave. En una región con precipitaciones escasas y un acentuado bache forrajero durante el invierno, la reserva de alimento resulta indispensable para mejorar los índices productivos y reproductivos de los rodeos. Por este motivo, la elaboración de silos bolsas, muy difundida en los últimos años, resulta una tecnología apropiada para los ganaderos de Trancas.
Sin embargo, como toda tecnología, su uso eficiente requiere de un proceso de aprendizaje por parte de productores y técnicos para ajustarse adecuadamente al contexto. Luego de dos años de monitoreo de silos bolsas, pertenecientes a los integrantes del grupo Visión Ganadera asesorados por el programa Cambio Rural, fue posible evaluar parámetros físicos y químicos del material ensilado y realizar un análisis de costos.
El costo total de la producción de silo bolsa de maíz en el departamento Trancas se calculó en $64.857 por hectárea para la campaña 2021. Como se observa en la tabla, el picado y embolsado representa un 42% del costo total, proporción que sumada al 27 % del gasto en agroquímicos se eleva al 69%. El rendimiento promedio considerado fue de 30 toneladas por hectárea de materia verde y 10,5 toneladas por hectárea de materia seca.
El costo directo fue de $2,16 por kilo de materia verde y $6,18 por kilo de materia seca. Este último valor debe ser comparado con las otras fuentes disponibles de alimentos para definir la conveniencia de elaborar el silo bolsa. Esta decisión, también, depende del rendimiento obtenido en el maizal, el estado fisiológico del cultivo al momento de su cosecha y, sobre todo, el precio del servicio de picado – embolsado por la incidencia en el costo final.
En la relación con los contratistas, deberá optarse por quienes aseguren un balance adecuado entre el tamaño del picado y la densidad del material ensilado. Esto se debe a que el rendimiento en materia seca y la calidad nutritiva del silo dependen, en gran medida, de la compactación lograda en la bolsa.