Tanto las especies de lavandas como los híbridos lavandines son arbustos leñosos, aromáticos, con flores en forma de espiga. Su industrialización incluye la industria alimenticia, farmacéutica y cosmética. A su vez, se usa como planta ornamental y en huertas, donde es apreciada por su floración.
Un equipo de investigadores del Instituto de Fisiología y Recursos Genéticos Vegetales del INTA-CIAP en Córdoba detectó plantaciones de lavanda y lavandín, en la zona de Alta Gracia, infectadas con el virus del mosaico de la alfalfa.
“Es un virus que está ampliamente distribuido en el país y afecta diversos cultivos de importancia económica, como por ejemplo la alfalfa y la soja”, mencionó Verónica Trucco –investigadora del Instituto de Fisiología y Recursos Genéticos Vegetales del INTA-CIAP Córdoba–.
Miembro de la familia Bromoviridae y del género Alfamovirus, los síntomas característicos que produce en las plantas afectadas se pueden visualizar en las hojas que desarrollan zonas amarillentas conocidas como moteado clorótico.
“Probablemente este virus infectó los cultivos a través de un insecto vector, ya que regularmente se transmite por distintas especies de áfidos, los cuales están presentes en nuestro país”, explicó la investigadora. Además, se transmite por semilla y por esquejes.
“Esta última forma de transmisión tiene particular importancia porque el cultivo de las lavandas y lavandines se multiplica por esquejes, y si los productores parten de un material infectado van a estar multiplicando y dispersando el virus”, advirtió.
Como es una detección reciente, aún no hay datos sobre el daño que puede estar ocasionando. El equipo añadió que, en algunos países donde ya está reportado el virus en este tipo de cultivos, como por ejemplo en España e Italia, los autores reportaron pérdidas en la producción de aceites esenciales, uno de los destinos principales del cultivo.