El mercado laboral de la provincia de Santa Fe ha tenido un comportamiento disímil en los últimos años. Tomando como punto de partida el año 2017, que fue el último de crecimiento económico, y comparando con el último dato disponible que es el que corresponde al 3° trimestre del 2021 aparecen algunas curiosidades.
La tasa de desempleo en Rosario se mantuvo relativamente estable. En el 3° trimestre del 2017 era de 8,4% de la población activa (que es aquella que se incorpora al mercado laboral) y en el mismo período del 2021 está en 7,8%. Bajo un poco. Este es un nivel similar al promedio nacional.
Pero cuando se mira la Ciudad de Santa Fe, el panorama es muy distinto. En el 2017 tenía un desempleo muy bajo de 3,1% de la población activa y en el 2021 subió a 8,6%. Un nivel incluso superior a Rosario y al promedio nacional que fue 8,2%.
Para entender lo que sucedió en Ciudad de Santa Fe hay que mirar los flujos. Según el INDEC, en el 2017 había 215 mil personas con empleo y en el 2021 pasaron a ser 232 mil. O sea, el empleo subió un 8%. Cuando se mira que pasó con la población activa, surge que en el 2017 eran 222 mil y en el 2021 pasan a 253 mil. O sea, un aumento del 14%.
Entonces el aumento del desempleo en Ciudad de Santa Fe no fue por destrucción neta de empleos sino por creación insuficiente de empleos. Más gente se incorporó el mercado laboral de la que la economía de la Ciudad pudo absorber. En particular, en el 2017 los desempleados eran 7 mil y en el 2021 pasaron a ser 21 mil.
Para tener un punto de comparación, se puede señalar que en Rosario esta misma dinámica fue de crecimiento de la participación laboral desde 604 mil a 664 mil personas, o sea aumentó un 10%.
El empleo, por su parte, pasó de 553 mil a 612 mil, o sea aumentó en un 11%. La creación neta de empleo fue hasta un poco superior al aumento de la gente que se incorporó al mercado laboral.
Que proporcionalmente más gente se haya incorporado al mercado laboral en Ciudad de Santa Fe que en Rosario puede responder a que la crisis económica llevó a que muchas amas de casa o estudiantes (que en Ciudad de Santa Fe pesan proporcionalmente más que en Rosario) salieron a buscar trabajo. Como Ciudad de Santa Fe tiene un perfil más administrativo que productivo respecto de Rosario, la respuesta del mercado laboral fue insuficiente.
No es dable esperar que la tasa de desempleo siga subiendo mucho más en Ciudad de Santa Fe. Porque cuando la gente que busca activamente un empleo no lo encuentra, se termina retirando del mercado laboral. Entonces lo que se observa es una amesetamiento o caída de la participación laboral.
La gente que no puede dejar de buscar porque necesita si o si un trabajo, termina emigrando. De hecho, la población total detectada por el INDEC en Ciudad de Santa Fe subió apenas 3% entre 2017 y 2021. Una tasa de crecimiento inferior a la que crecen el total urbano en todo el país que lo hizo en un 5%. Esto señala que cierta gente emigró, o bien, había emigrado a Ciudad de Santa Fe y volvió a sus lugares o fue a otros por escasez de oportunidades laborales.
¿Cómo sigue el mercado laboral de Rosario?
Lamentablemente el INDEC no brinda información sobre los tipos de ocupación para los aglomerados, sino que lo hace solamente para el total país. De todas formas, mirando las tendencias al total país muestra lo que está sucediendo en los principales aglomerados donde Rosario es uno de ellos.
En el total nacional, tomando el total del empleo urbano y el rural registrado se observa que entre el 3° trimestre del 2017 y el mismo período del 2021 hubo una creación neta de 380 mil nuevos ocupados. Es un crecimiento importante considerando que es un período de profunda crisis económica con la crisis cambiaria en el 2018 y luego con el remate de la crisis de la pandemia en el 2020. El punto está en la calidad del empleo. Aquí sirve observar el gráfico a continuación.
Lo que se observa es una caída del empleo asalariado. Dentro de él, lo que más cae es el empleo asalariado en empresas privadas (-320 mil ocupados menos) y también cae el empleo asalariado no registrado o también llamado “en negro” (-100 mil ocupados menos). Creció el empleo público (150 mil empleados públicos más) pero la “estrella” en el crecimiento del empleo fue el cuentapropismo (650 mil más).
Estos datos, que son para el total país, se pueden en estar reproduciendo en Rosario. Lo que crece es el cuentapropismo. Esta es una historia que ya se vio en Argentina y fue en la década de los ’80. La economía se desmoronaba y la ocupación crecía, pero de la mano del cuentapropismo.
Este fenómeno es casi natural. Si las empresas privadas formales no toman más gente de la que se desvincula (por eso el empleo neto cae) y hasta los emprendimientos informales toman menos gente que la que se desvincula, si no se consigue un amigo o un contacto que permita al paso al empleo público, no queda otra que salir a hacer algo por su cuenta.
El tema es que el cuentapropismo cuando es de nivel técnico o profesional puede tener una razonable productividad. Pero cuando es de baja educación –que en Argentina es la mayoría– es un empleo de baja productividad. Con lo cual la expansión de los empleos de baja productividad implica que el salario real se deteriora y no hay forma de recuperarlo sino se recupera la economía y el empleo formal.
Por C.P. Leonardo H. Piazza Director de LP CONSULTING