Desde noviembre, las panaderías comenzaron a vender uno de los acompañantes tradicionales de las mesas navideñas: el pan de jamón. Pero su elevado precio hace que la demanda no se compare con temporadas pasadas, pues no será adquirido por muchas familias venezolanas.
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El Nacional pudo constatar en diversas panaderías de Caracas que los precios van
desde 7 hasta 16 dólares. Todo depende de la zona de la ciudad, del tipo de
masa, ya que los panes hechos de hojaldre son más costosos, y la cantidad y
calidad de los ingredientes que se usen.
Estos precios no se alejan a los vistos en los últimos dos años. Aunque se mostraban en bolívares, al hacer la reconversión, tomando como base la cotización del dólar del Banco Central de Venezuela del momento, un pan de jamón costaba entre 10 y 14 dólares.
En establecimientos del este de la ciudad, el producto se encuentra desde 10 hasta 16 dólares. Aunque, algunos locales ofrecen minis panes de jamón en 7 dólares.
«Vamos a ver cómo se venden. Sabemos que ya no todo el mundo puede pagarlos»,
dijo el gerente de una panadería.
Destacó que los proveedores les venden la materia prima a precios dolarizados,
por lo que no pueden vender a pérdida. Rememoró además cuando los clientes
ordenaban panes para sus casas, familiares o amigos. Ya no es así. «Regalar un
pan de jamón no era nada… La gente compraba de 3 a 4 panes, pero las cosas han
cambiado mucho», expresó otro vendedor.
Para el centro y oeste de la capital, el precio del pan de jamón es un poco más asequible. En San Martín, se expende desde los 6 dólares hasta los 13, mientras que en la avenida Andrés Bello no superan los 12 dólares.
En San Bernardino se encuentran en 10 dólares; en La Vega abundan las
promociones: 1 pan + refresco 7,50 dólares; 4 panes en 20,90 dólares, y cerca de
la Plaza Bolívar están entre 10 y 13 dólares.
Fuera de Caracas, la historia no es muy distinta. En la mayoría de las
panaderías visitadas en los Valles del Tuy ofrecen el pan de jamón en combos,
con el objetivo de aumentar su venta.
«El pan de jamón vale 8 dólares y con el refresco sale en 10. Las ventas han estado regulares. No te digo que no se lo están llevando, sí lo compran, pero no como antes, que la gente se llevaba de 4 o 5. Por eso decidimos venderlo con la bebida y nos ha ido mejor», dijo el encargado de un comercio en Charallave.
En otro local, ubicado a escasas dos cuadras del primero, ofrecen el mismo combo, pero más barato: 1 pan en 7 dólares y con el refresco, 8 dólares.
En Lara, el pan de jamón lo venden un poco más barato. Sulaire Romero, una
chef pastelera que emprendió su propio negocio desde casa hace 2 años, los vende
en 5 dólares.
«Esta semana he vendido más de 7 panes. Son del mismo tamaño y calidad que el
año anterior. Estoy realizando unas promociones que incluyen torta, pasapalos y
galletas a un precio accesible», dijo.
Con respecto a los productos para la preparación de los panes, Sulaire señaló que este año compró todo al mayor menos la tocineta, por las constantes fallas en el servicio eléctrico en la zona donde vive.
«Me dio miedo que se dañe. Sí están a buen precio, de hecho en comparación
con el año pasado se han mantenido algunos precios y otros subieron casi 5%.
Este es mi segundo año vendiendo panes, los realizó porque me encanta ser parte
de las mesas de mis clientes», concluyó.
“Tendré pan de jamón porque lo prepararé yo”
Raiza Garranchan, ama de casa, aseguró que en su casa disfrutan del pan de jamón todos los años porque ella los prepara. «Los precios de los panes de jamón están muy elevados. Me parece un exabrupto y no está al alcance de todos los venezolanos. En las navidades pasadas, comí pan de jamón porque sé hacerlos y me sale más económico».
Pese a ello, destacó que no lo hizo con el tradicional jamón ahumado, sino con recortes. Para este año, espera poder continuar con la tradición.
Sin embargo, en otros hogares no disfrutarán de este delicioso acompañante. «En mi casa comeremos las hallacas y la ensalada con pan canilla. Así lo hemos hecho desde hace como dos años porque los panes de jamón están muy caros», contó Luisana Gómez, estudiante universitaria.
Agregó que el dinero que usó su familia para la compra de los ingredientes
para las hallacas lo envió su hermano desde Colombia.
Una situación similar vive Yulimar Rodríguez: «Esta Navidad será otra sin pan de jamón. Mi esposo se fue para Perú en julio y esta semana me enviará dinero. La prioridad serán las ropas de mis hijos, el niño Jesús y las hallacas».
Una opción más saludable: sin gluten
A María Fernanda Gamarra, tachirense adoptada por Caracas, la llena de mucha felicidad ser parte del plato navideño de algunas familias que, por alguna enfermedad, en el pasado no podían disfrutar de un pan de jamón.
Ofrece dos presentaciones de panes: mediano, de 550 gramos, en 15 dólares, y grande, de 1 kilogramo, en 20 dólares.
«Lo que he querido ofrecer con estos panes es que personas con dietas
específicas disfruten de su pan, es decir, que por ese precio, tengan la
seguridad de que es 100% libre de gluten, de que va a ser adaptado a su dieta»,
expresó.
Señaló que siempre pone sobre la mesa las mejores opciones para sus clientes. «Les ofrezco pavo ahumado o jamón de cerdo ahumado. Siempre busco buenas marcas, que garanticen que son libres de gluten. Trato de hacer un pan de jamón que se vea bonito, que sepa bien y que no vaya a afectar, de ninguna forma, a quien lo vaya a consumir».
Entre risas aseguró que los llama «panes medicinales» porque muchas madres, que no tienen un poder adquisitivo elevado, hacen el esfuerzo para que su hijo pueda comerlo, en medio de tantas restricciones alimenticias. Además mencionó que este tipo de panes sin gluten se pueden conservar en el congelador hasta 3 meses.
«Todo es 100% seguro porque en mi cocina no hay nada de gluten debido a mi dieta. Hay un gran respeto a lo que estamos haciendo», agregó esta chef pastelera celíaca y con varias intolerancias alimenticias.
Toda la materia prima que María Fernanda usa para la preparación de los panes son de marcas venezolanas. «Tienen almidón de yuca, de maíz y harina de arroz (integral o blanca). Pero eso puede variar mucho porque cuando hay intolerancia a los cereales, se puede usar harina de yuca o de garbanzo, almidón de papa, e inclusive harina de almendras. Entonces, va variando de acuerdo a la dieta de la persona».