El plan de publicaciones de mapas de propiedades del suelo es fruto del trabajo conjunto entre la Secretaría de Agricultura de la Provincia de Córdoba, INTA Regional Córdoba e IDECOR, con la participación de demás entidades públicas y privadas. Entre los aportantes de datos destacan el Programa Buenas Prácticas Agrícolas (BPA) del Gobierno de la Provincia de Córdoba, el Plan Mapas de Suelo del Ministerio de Agricultura y Ganadería de Córdoba e INTA, la Facultad de Ciencias Agropecuarias (FCA) de la Universidad Nacional de Córdoba, la Facultad de Agronomía y Veterinaria de la Universidad Nacional de Río Cuarto, el Instituto Multidisciplinario de Biología Vegetal (IMBIV) de UNC-CONICET y las empresas privadas Seiker, Orbely, RAVIT y AGD.
La información fue sistematizada y procesada generando una base de 3.907 muestras de suelo georreferenciadas con valores de P (Figura 1). Para la obtención del mapa se emplearon modelos predictivos basados en algoritmos de aprendizaje automático, ajustados con los datos recolectados y una serie de variables explicativas calculadas para toda la provincia. Mayor información puede consultarse en el Informe Técnico del Mapeo de Propiedades de Suelo en la Provincia de Córdoba 2021, que incluye detalles de fuentes y datos utilizados, covariables desarrolladas, modelos y algoritmos aplicados.
Figura 1. Distribución espacial de puntos de muestreo sistematizados e histograma de frecuencias absolutas de valores de fósforo (P) del suelo.
La importancia de conocer los niveles de P extractable del suelo
El fósforo (P) es considerado uno de los 17 macronutrientes esenciales para el crecimiento de las plantas, junto con el nitrógeno y el potasio. Esta clasificación le fue otorgada por la cantidad en que los cultivos lo requieren y por la frecuencia con la cual se presenta como deficiente en los suelos de distintas regiones del mundo. Dada su importancia en la nutrición vegetal, la dinámica del P en el sistema suelo-planta y la necesidad/respuesta de los cultivos han sido ampliamente estudiadas.
En las plantas, el P forma parte de enzimas, ácidos nucleicos y proteínas, y está involucrado en prácticamente todos los procesos de transferencia de energía. Sus principales funciones son:
Transferencia y almacenaje de energía. Es constituyente de la molécula de ATP
y otros ésteres fosfatados que son intermediarios en vías metabólicas de
síntesis y degradación.
Transferencia de características genéticas. Forma parte de los ácidos nucleicos,
ADN y ARN.
Integra membranas celulares como parte de fosfolípidos.
Participa en el transporte y absorción de nutrientes.
Las deficiencias de P en las plantas generalmente se relacionan con su rol en la transferencia y el almacenamiento de energía. Los cultivos con deficiencia de P presentan un crecimiento inicial reducido y lento, y las plantas que han sufrido déficits en sus estadíos iniciales de crecimiento, se observan más pequeñas y menos desarrolladas (Figura 2). Como consecuencia de la movilidad del P dentro de la planta, los síntomas de deficiencia aparecen primero en las hojas más viejas. En el caso de especies leguminosas, como soja o alfalfa, la nodulación también se ve afectada.
Figura 2. Trigo, maíz y soja sin P (fotos a la izquierda) y con P (fotos a la derecha). Ubicación: Alejo Ledesma, Córdoba. Red de Nutrición Región CREA Sur de Santa Fe.
Los cultivos requieren importantes cantidades de P para alcanzar altos rendimientos. Así, un maíz de 10.000 kg/ha de rendimiento necesita absorber aproximadamente 34 kg de P del suelo, una soja de 4.000 kg/ha absorberá unos 22 kg de P y un trigo de 5.000 kg/ha unos 22 kg de P. Conocer la disponibilidad de P en el suelo permite saber si el cultivo a sembrar podrá tener una cantidad suficiente de P para alcanzar un rendimiento objetivo en ese lote o chacra.
La oferta de P del suelo se evalúa a través de análisis en laboratorio, en el cual se estima el P extractable. En Argentina, la técnica más utilizada es la denominada P Bray. Este análisis permite detectar condiciones de suficiencia o deficiencia de P para los cultivos. Los niveles críticos de P extractable, por debajo de los cuales se presentan deficiencias, dependen de cada cultivo y del tipo de suelo. Si bien existen valores de referencia (papa 30 ppm, alfalfa 20 ppm, trigo 18 ppm, maíz 12 ppm, soja 10 ppm, etc.), niveles de P extractable menores de 15 ppm se consideran deficientes para la mayor parte de los cultivos de grano y pasturas. Los suelos bajo producción agrícola extensiva en el país muestran un alto porcentaje de suelos deficientes.
¿Qué muestra el nuevo mapa de P extractable de la provincia de Córdoba?
El mapa informa los valores de P extractable (en ppm) para la capa de 0 a 20 cm de profundidad, para una grilla de 25 ha de resolución (celdas de 500 m de lado) que cubre toda la provincia. Los resultados muestran una extensa área en el centro-sur de la provincia con niveles de P extractable menores de 15 ppm (Figura 3). Los niveles de P son elevados hacia el noreste de la provincia, principalmente de las sierras hacia la laguna de Mar Chiquita. En las sierras, por su parte, los niveles de P son bajos y vuelven a ser más altos hacia el noroeste provincial.
Figura 3. Mapa del contenido de fósforo (P) extractable de la Provincia de Córdoba, 2021.
Los bajos niveles de la región centro-sur se asocian principalmente a la historia agrícola de la región. En este sector, durante muchos años, no se aplicaron fertilizantes o abonos fosfatados o se aplicaron por debajo de las cantidades removidas en los cultivos, resultando balances negativos de P para dichos suelos. En estas áreas, mayormente de producción agrícola-ganadera, la capacidad productiva de los suelos se ve limitada por la baja disponibilidad de P, siendo necesaria la aplicación de fertilizantes, abonos o enmiendas con P. La Figura 4 presenta un sector centrado en la localidad de Alejo Ledesma donde se observan valores variables del contenido de fósforo, entre 15 y 45 ppm.
Figura 4. Mapa del contenido de fósforo focalizado en la localidad de Alejo de Ledesma, Córdoba. La imagen integra el mapa de fósforo con las parcelas rurales de la provincia.
La zona noroeste, en cambio, presenta suelos de alto contenido nativo de P y los sistemas de producción son más recientes, por lo que la proporción de suelos que presenta niveles de P adecuados para la producción de cultivos, es mayor. En esta región, la reducida aplicación de P y la continua remoción en cosechas, resulta en balances negativos y, consecuentemente, genera disminuciones del P del suelo respecto de los elevados niveles originales.
En todos los casos, sean áreas de bajo o alto nivel de P, el logro de altos rendimientos en el marco de una agricultura sostenible debe basarse en los principios científicos y tecnológicos que sustentan el manejo responsable de la nutrición de plantas. El diagnóstico de fertilidad es central en este manejo responsable de la nutrición y el análisis de suelo es el paso inicial para un diagnóstico correcto. Así como este mapa nos muestra la capacidad de oferta de P de los suelos con gran detalle para toda la provincia, el análisis del lote de producción nos indica la oferta del nutriente para el cultivo y para la rotación de cultivos con la cual cada productor está trabajando.
El nuevo mapa incluye las capas de clases de suelo (Cartas de Suelo), límites administrativos (departamentos y radios municipales) y catastro rural (Figura 5). El usuario puede así mismo, consultar en cualquier localización el contenido de P y el nivel de incertidumbre de la predicción, como así también buscar localidades, parajes o campos mediante nomenclatura catastral o el Nro. de Cuenta de Rentas. Los nuevos datos pueden adicionalmente, accederse como web service desde otras aplicaciones o soluciones de software (desde la sección Geoservicios) o descargarse en diversos formatos abiertos (en Descargas).
Figura 5. Entorno de trabajo del mapa Contenido de Fósforo del Suelo publicado en MapasCordoba
Fuente: Idecor