Con más del 50% del arroz vendido, la industria busca soluciones a problemas logísticos. Las complicaciones logísticas a nivel internacional, sobre todo en lo que tiene que ver con disponibilidad y costo de buques y contenedores, continúan afectando el comercio de commodities. En ese sentido, la Gremial de Molinos Arroceros de Uruguay busca alternativas frente a esta situación, buscando mejorar el flujo de negocios y mantener el buen nivel de precios generado.
En los primeros seis meses de la zafra 2020-2021, se exportó un 26% menos que lo comercializado al 31 de agosto de 2020. Buena parte de esta caída se generó a raíz de la menor exportación de arroz con cáscara, la cual, en los primeros seis meses de la anterior zafra, representó 159.037 toneladas, al tiempo que en la presente fueron solo 68.857. Además, hay un enlentecimiento generalizado en la venta de todos los productos, pero especialmente en el arroz blanco. Esta caída fue de un 21% en cuanto a la fluidez de negocios.
“Se comenzó la zafra a muy buen ritmo con la venta de los cuatro barcos a Irak, pero paulatinamente se fue enlenteciendo el mercado de exportación”, explicó Nicholás Lawlor, presidente de la Gremial de Molinos Arroceros de Uruguay.
En lo que tiene que ver con los valores, los primeros seis meses muestran un precio promedio para todas las variedades, formas y subproductos de arroz exportado de US$ 523 por tonelada, cuando a esta altura de la zafra pasada el mismo era de US$ 433.
Sin embargo, teniendo en cuenta el producto principal, el arroz blanco, el promedio del año para todas las variedades es de US$ 590, mientras que el año pasado era de US$ 506.
“La zafra viene muy bien en términos de precios y las principales diferencias frente a 2020 se dan por el peso del arroz cáscara en la composición de ventas”, aseguró.
Para los mercados, también han habido algunas variantes. El primer destino para el arroz uruguayo volvió a ser Irak, con un 32% de las exportaciones y es muy factible que termine en dicho lugar aún si no compra más arroz hasta febrero del próximo año.
“La razón es que estas ventas se realizan en bodegas y a los otros mercados vendemos predominantemente en contenedores, que han sido afectados por los problemas logísticos antes mencionados”, señaló Lawlor, quien agregó que “los contenedores que llegan a Uruguay cuestan entre US$ 200 y US$ 300 por tonelada de flete para destinos como Perú, México o Canadá, y este alto valor inviabiliza negocios mientras vendedor y comprador no encuentren puntos de equilibrio”.
En segundo lugar está Perú con un 14% de las exportaciones, aún llevando un 37% menos que el año pasado. “Aquí se puede ver el impacto de los fletes marítimos”, indicó.
Brasil es el tercer mercado y se mantiene en volúmenes similares frente al año pasado ya que la venta se realiza por camión y se ve menos afectada que la que se viabiliza por mar. El crecimiento de la demanda brasilera de aquí a fin de año es más complejo que en la zafra anterior porque el stock de arroz de producción propia en el mercado interno es mayor, además de haber importado algo de Paraguay.
“Vemos un mercado trabado hacia los próximos meses, donde los compradores buscan trasladar rápidamente al precio FOB de Montevideo los aumentos en los costos de fletes marítimos y los vendedores queremos defender el precio de aquí”, manifestó. Y dijo: “Quien tenga más alternativas ganará la pulseada, todavía estamos lejos de nuestra cosecha y tenemos tiempo para seguir defendiendo los precios”. Por estas razones, se buscarán negocios en bodegas frente a los concretados en contenedores, pero también son menos los mercados a los que se puede acceder de esta forma y con volumen.
En lo que respecta al precio definitivo, hay que tener en cuenta que todavía falta la segunda mitad del año. “Esperamos sostener el precio provisorio pagado al 30 de junio”, dijo.
La valorización de los primeros seis meses fue muy buena, pero el volumen de exportaciones viene siendo menor al esperado. Al cierre de agosto se contabilizó un 53% de la producción comprendida en el precio convenio exportada. La situación logística a nivel global no parece mejorar en el corto plazo, por lo que la industria busca alternativas con otros destinos consolidando cargas en bodegas, intentando “a toda costa” evitar el sobre stock para la próxima zafra.
TLC con China. Lawlor manifestó que es una muy buena noticia la búsqueda de un TLC con China, porque permitiría que el arroz uruguayo se coloque con menores costos arancelarios en un destino que no es tradicional.
“Ellos consumen arroces más glutinosos por lo que deberíamos adaptar variedades para ese mercado, y además están acostumbrados al arroz secado a gas a diferencia de nuestro arroz secado a leña”, afirmó el presidente de la GMA.
“Son detalles a ajustar, pero vemos con buenos ojos la iniciativa del gobierno y esperamos que se realice también con otros mercados donde colocamos nuestro arroz”, remató.