En Córdoba la superficie bajo riego se duplicó en la última década, debido principalmente a la necesidad de incrementar y estabilizar la producción de los principales cultivos de verano y de invierno.
A fin de generar conocimiento para el uso consiente y eficiente del agua en los principales cultivos de la región central de dicha provincia, el INTA Manfredi, trabaja desde 1996 en distintos módulos de riego aplicando diversas herramientas.
Este sistema, que ya se encuentra en funcionamiento, permite regular las dosis de agua aplicada por cada aspersor de manera específica, a partir de un mapa de prescripción previamente generado. De esta manera, el productor puede proporcionar las cantidades precisas de agua o fertilizantes a cada área del campo y cada tipo de cultivo que produzcan, para maximizar los rendimientos con un uso eficiente de los recursos.
Entre las principales ventajas se encuentran la disminución en el consumo de energía, los costos de mantenimiento del equipo y la reducción del exceso de agua, la escorrentía y la lixiviación de nutrientes. Por esto, en áreas bajas o inundadas la necesidad de riego se reduce o elimina.
Además, permitirá un ahorro de agua (debido a la posibilidad de desactivar aspersores o zonas individualmente) y de costos de fertilización o aplicación de productos químicos.
En el lote se conduce un sistema continuo de siembra directa donde se evalúan
respuestas en rendimiento de distintos cultivares, densidades, fechas de siembra
y rotaciones; junto a un sistema de monitoreo de agua en el suelo y seguimiento
de la evolución del suelo. A su vez, se ensayan estrategias de fertilización
balanceada, con el objetivo de mantener el balance de carbono positivo.
Más de 25 años en el estudio del riego
El primer equipo de aspersión que tuvo el INTA Manfredi se trató de un pivote central transportable (Lindsay), de 5 tramos que regaba una superficie de 30 hectáreas. En los años siguientes, y con el apoyo de las firmas Netafim, Rivulis y Metzerplas, se instalaron tres módulos de riego por goteo subterráneo.
También la asociación cooperadora, responsable de la producción en la Estación Experimental de dicha unidad, incorporó alrededor de 500 hectáreas con riego, para la agricultura y el tambo, lo que la posicionó como referente en la temática, tanto en investigación como producción.
El riego por goteo subterráneo (RGS) es una tecnología que está creciendo de manera sostenida en Argentina y el resto del mundo debido a que, entre otros beneficios, permite aplicar el agua de manera eficiente y con reducido consumo de energía. “Actualmente se están realizando experiencias para evaluar su adaptabilidad y el manejo en distintos cultivos extensivos”, indicó Ignacio Severina –especialista en riego e integrante del equipo–.
Desde 2012, cuentan con distintos módulos demostrativos, especializados en el uso eficiente del agua para agricultura. Los objetivos principales son evaluar los efectos sobre la distribución del agua en el suelo y sus efectos sobre la productividad de los cultivos de trigo, maíz y soja.
“Cuando se instala el sistema hay que definir el óptimo distanciamiento entre
laterales de riego para cada sistema productivo, debido a que estos representan
una alta proporción de la inversión total”, resaltó Severina. Otros aspectos
como el caudal, la separación entre emisores y la profundidad de enterrado, son
temas claves a la hora del dimensionamiento del equipo.
Los resultados obtenidos a través de estos años de trabajo ayudan al productor en la toma de dediciones, ya que el riego suplementario constituye una herramienta que permite no solo aumentar la producción, sino también disminuir la acentuada variabilidad interanual de los rendimientos y optimizar los insumos.
“El principal aspecto a considerar en la adopción de tecnologías de riego es la calidad del agua utilizada y su impacto sobre la capacidad productiva de los suelos”, mencionó Salinas.
Por ello, el grupo de riego junto a técnicos y productores regantes pertenecientes al Consorcio de Usuarios de Aguas Subterráneas, trabajan permanente en el monitoreo de la calidad de agua junto con los cambios que experimentan los parámetros edáficos de los suelos regados en la región centro-norte de la provincia de Córdoba. La información la vuelcan en mapas que están a disposición de los usuarios actuales y futuros.
En 2019, se instaló un módulo demostrativo de riego por aspersión. Este sistema único en el mundo, incluye un sistema de generación de energía solar junto a la herramienta multitarea Hummingbird, que está montada sobre un pivot Valley de alta velocidad. Este sistema, permitirá un mayor aprovechamiento de los insumos y realizar una agricultura aún más precisa.
Para Matías Boccardo, investigador en riego e integrante del equipo, “se puede considerar como una herramienta de adaptación al cambio climático, porque posibilita el riego en lugares donde no llega la electricidad o la provisión de energía convencional es costosa”.
El grupo de trabajo –compuesto por Aquiles Salinas, Matías Boccardo, Ignacio Severina, Juan Pablo Guibergia, Federico Aimar y Martin Boveda– agregó que en el transcurso de este año se está instalando un nuevo módulo donde se evaluará la aplicación de efluentes líquidos de tambo mediante riego por goteo enterrado, como posible solución a una problemática ya instalada en la región.