A ello se le suma la percepción de posibles nuevas intervenciones y la
proximidad de las elecciones primarias, que suman incertidumbre y profundizan el
cambio en el ánimo respecto a mediciones previas.
El nuevo índice de Julio de 2021 del Ag Barometer Austral, elaborado por el Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral, marca por segunda edición consecutiva un deterioro en la confianza de los productores agropecuarios, muestra un valor de 69 frente a 79 de mayo 2021. Si bien los factores externos traccionan este cambio de humor (en tanto los precios internacionales son algo menores respecto de abril, mayo y parte de junio), son los factores internos los principales drivers de la desconfianza de los productores.
La intervención en el mercado de carnes es percibida como "no exitosa" por los productores, a la vez que existen temores de potenciales nuevas intervenciones en otros mercados. "Alrededor del 60% de los productores ve al maíz como un mercado donde podrían ocurrir nuevas intervenciones", indica el informe.
Con respecto al plano electoral, la proximidad de las PASO es un factor que añade incertidumbre política al contexto de decisión.
Los índices clave
El Índice de Condiciones Presentes -que incluye la situación financiera actual comparada con un año atrás y la oportunidad para realizar inversiones en activos fijos- alcanza los 74 puntos. Acorde con los especialistas "esto implica una caída sustancial de casi 15 por ciento frente a la edición previa". Un dato no menor es que este índice volvió a valores similares a los de septiembre de 2020, mes en el que había iniciado un proceso de recuperación y que se detuvo en las últimas dos ediciones, con el cierre de las exportaciones de carnes.
Al mismo tiempo, el Índice de Expectativas Futuras -en el que se incluyen percepciones acerca del futuro de la explotación agropecuaria y del sector agropecuario en general, en horizontes de tiempo de 1 y 5 años- mostró una caída respecto a la edición previa de aproximadamente 11 por ciento. "Esto también está directamente vinculado a la incertidumbre a futuro que disparó la intervención en el mercado cárnico", indica el AG Barometer.
Los especialistas de la Universidad Austral profundizan: "Esto último se percibe, principalmente, en la percepción de la situación para la economía agropecuaria de aquí a un año. Tres cuartas partes de los productores encuestados prevén malos tiempos para el sector en los próximos doce meses". Se trata de un aumento de 10 puntos porcentuales en el pesimismo, respecto a lo que ocurría en mayo de este año.
El mercado cárnico y el Plan Ganadero
La prohibición por 30 días las exportaciones de carne vacuna que efectuó el Gobierno con el objetivo de “reordenar la exportación” el pasado mayo, a la luz de la visión de los productores han sido marcadamente negativa.
En ese sentido, el AG Barometer Austral indica que se produjo un deterioro para los dos extremos de la cadena: el productor y el consumidor. El 69 por ciento de los productores nota mayor precio en el mostrador, y el 63 por ciento de los productores una baja del precio del ganado en pie. "Esto va claramente a contramano del objetivo de beneficiar al consumidor interno en relación a la exportación. Por otra parte, hay un acuerdo generalizado en la pérdida de mercados internacionales ocasionada por la medida", señalan los especialistas.
A su vez, el 40 por ciento de los productores cree que próximamente se iniciará un proceso de liquidación del stock de hacienda. Y casi el 80 por ciento ve una oferta de hacienda menor o igual en el mediano plazo.
Desde el Gobierno Nacional se propuso elaborar un Plan Ganadero apuntado al aumento de la producción, consumo y exportaciones, pero el 75 por ciento de los encuestados manifiesta no tener nada de confianza en el programa y un 15 por ciento poca confianza.
"El sentimiento negativo con relación a los probables resultados del Plan Ganadero ratifica el descreimiento de los productores sobre la eficacia de las herramientas a utilizar, que de ninguna manera compensan el efecto negativo de la intervención en los mercados y afectan la formación de precios, principales señales que utilizan los productores en la toma de decisiones", agregan desde la Universidad Austral.
Y, al mismo tiempo, recuerdan: "Muchos no olvidan el fracaso del Plan Estratégico Agroalimentario (PEA2) impulsado por un gobierno de similar signo político en 2011. Y que la recuperación de la ganadería, las exportaciones y la actividad en la industria frigorífica se dio con la reducción de las retenciones y la eliminación de los ROE Rojos".
"Es totalmente válido el objetivo de asegurar al consumidor precios acordes
con su capacidad de compra, pero han sido equivocados los instrumentos
utilizados para lograr ese objetivo que, por otra parte, no se ha concretado",
afirman.
Estrategias comerciales
El nuevo índice también explica las estrategias que muchos productores barajan a medida que observan el escenario nacional. Con respecto al maíz, los productores observaron en julio un buen ritmo de ventas en comparación con años anteriores, mientras que en soja las estadísticas oficiales indicaban una retención. "Cuando se consulta a los productores, 25 por ciento de las respuestas indican una reserva de cosecha para pagar alquileres y otros gastos. Un 12 por ciento de los productores indican que está guardando cereal como reserva ante la incertidumbre económica, en tanto un 18 por ciento alega motivos comerciales (sea estrategia comercial o expectativa de precios más altos)", detalla el informe de la UA.
Los especialistas además explican que el temor por las intervenciones oficiales continúa entre los productores, en tanto el 60 por ciento de los encuestados vislumbra intervenciones potenciales a futuro en maíz. No obstante, de este conjunto de productores 43 por ciento no ha realizado cambios en sus estrategias comerciales, frente a un 45 por ciento que sí ha realizado cambios, sea adelantando ventas (23 por ciento) o bien realizando coberturas en los mercados a término (22 por ciento).