Considerado por la FAO como una fuente rica en proteínas de alta calidad y fácil digestión que contiene todos los aminoácidos indispensables, el pescado proporciona grasas esenciales: por ejemplo, ácidos grados omega 3 de cadena larga, vitaminas D, A y B, y minerales como calcio, yodo, zinc, hierro y selenio, especialmente si se lo consume entero.
La bajante extraordinaria del río Paraná, que acontece desde el 2019 por la sequía profunda de la alta cuenca de los ríos Paraná-Paraguay, impacta en diferentes actividades productivas y en el ambiente.
Las crecientes y bajantes, los periodos húmedos y secos en la cuenca son normales y forman parte de la variabilidad climática. Sin embargo, la particularidad de esta bajante, además de la magnitud, es la extensión en el tiempo.
En la zona del Delta medio y Delta inferior, “afecta la ganadería de islas,
la apicultura, pero especialmente la navegabilidad de embarcaciones que
transportan madera, trasladan ganado, colmenas, e incluso quienes prestan
servicios, proveen insumos, hasta el transporte de pasajeros, de productores,
pobladores y quienes viven de la pesca artesanal”, señaló Adrián González,
coordinador de la plataforma INTA Regional y coordinador territorial y de
desarrollo rural del INTA Delta –Buenos Aires-.
Los pescadores vienen transitando esta bajante con preocupación e incertidumbre respecto de lo que puede pasar en el futuro, dado que esta situación tan prolongada puede producir alteraciones en la fauna ictícola.
En este sentido, González señaló que “hoy se evidencia la menor disponibilidad de agua en los cursos principales, en los interiores de las islas, en lagunas y arroyos menores que, si bien esto ya ha pasado en otros momentos, y es parte de la variabilidad climática, la extensión en el tiempo de este fenómeno podría afectar, según los propios pescadores, la cantidad y la presencia de ciertas especies de peces, que es el recurso del que dependen”.
Información al alcance de la sociedad
Desde el 2007, el INTA Delta y el Instituto Nacional del Agua (INA) llevan a cabo tareas conjuntas con el objetivo de facilitar información de pronósticos climáticos y tendencias hidrológicas en la región.
A partir del 2018, ambas instituciones firmaron un convenio de cooperación técnica con la idea de consolidar las acciones e incluir a los productores y pobladores en el diseño de actividades conjuntas que permitan mejorar la comunicación, contribuir a la gestión de los riesgos y minimizar el impacto de los eventos hidrometeorológicos extremos (EHE) entre los pobladores isleños en general y con énfasis en las producciones locales.
En estos años de trabajo se consolidó una red activa de intercambio con actores locales que permitió observar, registrar, medir diferentes EHE en distintas ubicaciones en el Delta del Paraná.
Esto fue posible gracias a la articulación entre organismos, empresas privadas, gobiernos locales e isleños que permitió instalar instrumental para el registro de parámetros hidrológicos con referencias a escala local que, a su vez, toman registros que nutren el desarrollo de un modelo de pronóstico y posibilitan la identificación de la tendencia de los niveles de altura en el Bajo Delta, dato de especial utilidad en situaciones tanto de crecida como de bajante del río.
“Esa red activa de intercambio es la que le da razón de ser al Sistema de
Alerta y motiva a los miembros del convenio a analizar nuevas posibles
iniciativas que redunden en una mayor asistencia al isleño”, explicó Juan Borús,
subgerente de Sistemas de Información y Alerta Hidrológico de INA.
Por su parte, González puntualizó en la importancia de la información hidrometeorológica: “Es de vital importancia para un productor del Delta informarse, ya que todo el tiempo debe tomar decisiones, evaluar riesgos y planificar teniendo en cuenta las precipitaciones, la altura de los ríos y la temperatura”.
“Logramos mantener e incrementar el intercambio de información con los actores locales, quienes reciben boletines semanales, aviso de eventos extremos hidrológicos y hoy se cuenta con un pronóstico de niveles de altura a 4 días en varios puntos del Delta medio e inferior que es muy valorado por los productores, especialmente en momento extremos como estos”, explicó el especialista del INTA.
“Por otro lado, nos enriquecemos al recibir la experticia del productor y poblador de ciertas particularidades de lo que sucede en el plano local, e incluso en sus propios predios”, añadió González.
Desde el INA y el INTA buscan tender puentes con los usuarios de la
información, para que todo lo generado esté disponible y llegue a los
destinatarios. “Trabajamos para que la información pueda ser interpretada y
ajustada a las demandas y necesidad específicas de los actores locales:
pescadores, ganaderos, apicultores, productores, pobladores, e incluso con las
Defensas Civiles locales, los municipios y periódicos de la zona”, concluyó
González.
Pescadores artesanales
La pesca artesanal, constituye uno de los principales ingresos de más de 200 familias que habitan las islas, los bajíos ribereños e incluso algunos sobre la zona urbana. Suele combinar esta actividad con la apicultura, la cría de animales de granja y huertas para el consumo y la venta de eventual de excedentes.
“La Estación Experimental Agropecuaria Delta mantiene un vínculo desde hace años con el colectivo de pescadores de la zona del Delta Medio en lo que hace a lo organizativo, acercando herramientas de intervención para la mejora de las condiciones de pesca, las formas de comercialización y agregado de valor”, explicó González.
Para estos actores, todo guarda relación con el río. “Al indagar respecto de lo que les sucede en lo cotidiano y cómo atraviesan esta bajante, los propios pescadores nos comentan que hay más enganche de las redes cuando se realiza el rastreo por el bajo nivel del agua, la pesca con palandres se ve limitada en algunos lugares por falta de profundidad”, recordó González y agregó: “También reconocen que se nota una disminución de la cantidad de peces en cantidad de especies e individuos”.
Desde la Asociación Civil de Pescadores Artesanales “La Palometa”, ubicada en la zona de San Pedro, Hugo Sánchez y Eduardo Miño explicaron que “se quedaron secos los arroyos y lagunas”. Y señalaron que el río no tiene correntada, es una laguna: “pescamos y necesitamos correntada, y muchas veces los peces llegan sin desovar”, reconoció Sánchez.
A su vez, explicaron que en lugares donde tiene que haber un metro de agua, las napas están dos metros abajo y el yuyo autóctono ha cambiado.
La Asociación presentó proyectos para recibir subsidios, entre ellos uno denominado “Emergencia Crítica” para la compra de herramientas de trabajo como anzuelos, mallas, sogas, corchos y lomos, entre otros, mediante el cual buscan realizar una compra comunitaria para las casi 100 familias que se dedican a la pesca en la región del Delta inferior.
Es importante en este contexto, que los actores se mantengan informados accediendo a la información oficial que brindan los organismos, respecto de la evolución y las tendencias de situación de la bajante.
El INTA recomienda el seguimiento de alturas en los diversos puertos en las páginas web institucionales de la Prefectura Nacional, y las alertas hidrológicas de la Cuenca en el portal del INA que es la institución responsable del seguimiento del río y la descripción de las mismas. A su vez, se puede acceder a la actualización de información producida en base a la antena satelital receptora del INTA en SEPA y los informes semanales de pronóstico que elabora el Instituto de Clima y Agua cada lunes y su actualización durante la semana.