Esta semana, la República de Sudán recibirá la primera cosechadora de algodón autopropulsada desarrollada de manera conjunta entre el INTA Reconquista –Santa Fe–, la metalúrgica Dolbi S.A. y la Asociación para la Promoción de la Producción Algodonera (APPA). Un hito que marca el rumbo y consolida las perspectivas de inserción en el mercado internacional.
HAC 5000 es una cosechadora nacional con tecnología innovadora que fue diseñada para aumentar la capacidad operativa, evitar la contaminación de la fibra con el suelo y simplificar la logística. Además, se destaca por su capacidad para prensar hasta 100 rollos de 475 kilos por día.
De acuerdo con Marcelo Paytas –director del INTA Reconquista, Santa Fe–, la exportación de la primera cosechadora es un “orgullo enorme”, fruto del trabajo de varios años y del proyecto tripartito con la metalúrgica Dolbi S.A. y la Asociación para la Promoción de la Producción Algodonera (APPA). “Es una gran alegría ver materializado nuestro trabajo y a disposición de los productores algodoneros de nuestro país y del mundo”, aseguró.
A su vez, ponderó la tecnología innovadora de HAC 5000 y destacó su competitividad, tanto a escala nacional como en el mundo. “Esta máquina es parte de un paquete tecnológico, fruto de años de investigación. Fue ajustada al cultivo y a las prácticas de manejo, lo que facilita la producción algodonera e incrementa la eficiencia en la cosecha”, indicó Paytas.
Y agregó: “Es una maquinaria con un potencial enorme para las etapas de cosecha y poscosecha, una tecnología muy interesante para el sector en la Argentina y los países algodoneros del mundo”. En este punto, reconoció que “existe un gran interés por parte de países asiáticos, así como también de Medio Oriente y norte de África”.
En cuanto a las líneas de trabajo conjunto, Paytas explicó que continúan con el desarrollo y ajuste de tecnologías de manejo agronómico que permitan aumentar los rendimientos y mejorar la calidad de la fibra. A su vez, especificó que avanzan en el desarrollo genético a fin de pensar en cultivares que se adapten mejor a las condiciones productivas de la Argentina.
“Buscamos ciclos más cortos, con menos ramificación y plantas más compactas,
con mejores rindes y mayores porcentajes de fibra o de desmote”, explicó, al
tiempo que reconoció que la Argentina está por debajo de la media mundial en
este sentido y quieren mejorar esas variables.
De Santa Fe al mundo
Si bien la HAC 5000 está diseñada y desarrolla para optimizar la cosecha del algodón, no es la primera. De hecho, desde la década del 70 el INTA Reconquista se enfoca en la mejora de todo el proceso para el cultivo del algodón.
En 2006 se presentó Javiyú –que significa capullo en voz guaraní–, la primera cosechadora que permitió la mecanización de pequeñas superficies con un bajo costo y mantenimiento. Este desarrollo conquistó el mercado internacional, llegando a comercializarse en Brasil, Paraguay, Colombia, Venezuela, Turquía, Irán y Sudán.
En 2013, presentaron “La Lola” que sintetizó dos procesos en uno: extraer y prensar el algodón de forma simultánea para obtener un producto de óptima calidad, mejor rendimiento y rentabilidad.
“Aunque no se tomaron partes de La Lola, se tomó la idea llevada a la práctica”, indicó Enzo Bianchi, integrante de la empresa Dolbi S.A.. El primer prototipo de la HAC 5000 fue aportado a través del Ministerio de Ciencia y Técnica de la provincia de Santa Fe y se comenzó a fabricar en 2015. Tras cuatro campañas de testeo, en junio de este año, se terminó la primera preserie y ya van por la segunda.
“HAC 5000 es una evolución de la innovación. Con la Javiyú comenzamos buscando mecanizar la cosecha para que el algodón no desaparezca. Luego quisimos que el algodón no quede en el lote y desarrollamos La Lola. HAC 5000 viene a solucionar qué es lo que pasa después de la cosecha. Hace más competitivo el cultivo y lo deja a la par de los cultivos de granos”, subrayó Paytas.
En una proyección a 10 años, Dolzani estima que el 70 % de la producción de la máquina será exportada. HAC 5000 cubre una demanda insatisfecha de productores de mediana escala. “Desarrollamos una máquina que está entre las grandes cosechadoras y la Javiyú pensada para pequeños productores”, aseguró Bianchi.