El OESTE MÁS AJUSTADO

Durante la última de julio los enfriamientos han tenido un protagonismo importante, con heladas que se generalizaron prácticamente sin excepciones y con una anomalía intensa sobre el extremo noreste del país. Las heladas tomaron con rigor a todo el NEA, sobre todo la parte más mediterránea, con registros de mínima inferiores a los seis grados bajo cero, el norte correntino y Misiones también sufrieron las heladas, aunque no tan rigurosas. La situación fue similar en las vecindades de Brasil y Paraguay.

Previo a esta entrada de aire frío se observaron algunas precipitaciones, pero repitiendo principalmente sobre el territorio entrerriano y algunas zonas del este de SF, observándose en esta ocasión los chaparrones más generosos en el noreste bonaerense. Como sea, son lluvias de invierno, sectorizadas sobre el este y en general modestas, con algunas excepciones ocasionales que pueden superar la barrera de los 20 milímetros.

Estamos transitando el momento en que la oferta de agua es mínima, pero incluso estas escasas lluvias de entre diez y veinte milímetros que suelen aparecer en la franja mediterránea no se concretaron. Como decíamos sólo ER, parte de SF y el noreste bonaerense han sumado en forma normal en julio. Sobre este panorama llego esta semana fría y esto se nota en las deficiencias hídricas que comienzan a progresar desde el oeste hacia el este, configurándose una situación que es muy diferenciada entre estas dos regiones.

Como podemos observar, la zona núcleo triguera tributaria de Rosario, aún se mantiene en buena forma, sin deficiencias exageradas, pero desde el oeste cordobés, la situación comienza a insinuarse más compleja, algo que en el sur solo se ve al sur de Bahía Blanca. A punto de ingresar al último mes del invierno, es bueno saber cómo se perfila el panorama de necesidades hídricas y que chances hay de que las mismas se modifiquen durante agosto.

En primer lugar, el corto plazo no plantea modificaciones. Esta primera semana de agosto tenderá a templarse, pero no ofrecerá lluvias. Muy posiblemente durante la segunda semana, ya con el ambiente más cargado de humedad bajo cierta persistencia de circulación del noreste, se vean algunas precipitaciones. De validarse el modesto patrón de lluvias para la segunda semana de agosto, no se modificará la distribución de las precipitaciones. En consecuencia, el este de la zona núcleo central y la parte este del núcleo del sur serían las únicas zonas con posibilidad de mejora en la primera quincena de agosto.

Tratando de extendernos a todo el mes, es poco probable que el patrón de lluvias que normalmente mantiene una mejor provisión para el este se modifique en esta ocasión, incluso no podemos asegurar que los valores normales se completen sobre el este. En conclusión, el mapa que presenta las deficiencias hídricas a la fecha puede en el mejor de los casos mantenerse, pero no debemos sorprendernos que el ajuste que ya comienza a asediar al oeste de CB, se vaya expandiendo progresivamente hacia el este.

Esta no es una señal de alerta en particular, sin embargo define bajo qué circunstancias se iniciará la transición hacia la primavera. En este sentido, el este corre con ventajas, con mayor margen para esperar la primera lluvia importante de septiembre. Sin embargo, como sabemos las transiciones estacionales suelen ser muy volátiles de un año para el otro y dado que no hay ningún forzante de gran escala negativo instalado, podrían darse tormentas favorables que incluso avancen hacia el oeste. Será parte del monitoreo de agosto.