El Pampa Sudamericano abarca la mitad sur de Río Grande do Sul en Brasil, todo Uruguay y parte del centro de la Argentina. Se trata de una región con ocupación antrópica histórica y abarca tres grandes metrópolis (Buenos Aires, Montevideo y Porto Alegre). Allí, la biodiversidad se caracteriza por el predominio histórico de vegetación nativa herbácea, principalmente pastizales, siendo que las leñosas, también presentes, ocupan un área mucho menor.
MapBiomas Pampa Sudamericano es una iniciativa que constituye una red colaborativa de especialistas de la Argentina (INTA, Universidad Nacional de San Luis y la ONG Fundación Vida Silvestre), Brasil (Universidade Federal do Rio Grande do Sul y GeoKarten) y Uruguay (Facultad de Agronomía y Facultad de Ciencias de la Universidad de la República, Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria-INIA y el Ministerio de Ambiente). Con una resolución de 30 metros y 8 clases de leyendas, se presentó la primera versión de los mapas de uso y cobertura del suelo. La Colección 1 de MapBiomas Pampa Sudamericano (2000-2019) abarca una superficie de 1.005.780 km², que representa un 5,6 % del área de América del Sur.
“El Pampa Sudamericano tuvo una pérdida de vegetación nativa del 16.3 % entre 2000 y 2019, mostrando una reducción desde 519.496 km² a 434.795 km²”, indicó Diego de Abelleyra, investigador el Instituto de Clima y Agua del INTA e integrante del equipo de investigadores de Argentina, Brasil y Uruguay que produjeron mapas anuales de cobertura y uso de la tierra para todo el bioma. La iniciativa incluyó para el mapeo, además de las áreas típicamente de Pampa de los tres países, las áreas vecinas de Espinal y de la región del Delta del río Paraná, en Argentina.
De Abelleyra explicó que “el proyecto utiliza imágenes del satélite Landsat
(30 metros de resolución) y procesamiento en la nube por medio de la plataforma
Google Earth Engine (GEE) para producir mapas anuales de uso y cobertura del
suelo utilizando una tecnología avanzada y de bajo costo”.
La vegetación nativa cubre actualmente el 43,2 % del área del bioma. La mayor parte de esta corresponde a pastizal, tradicionalmente utilizado para la producción ganadera. Se trata de un caso particular en que la producción animal y la conservación de la biodiversidad generalmente integran sistemas productivos con notable sustentabilidad ambiental.
La región sufrió transformaciones significativas en su paisaje a lo largo de
las últimas dos décadas. De acuerdo con de Abelleyra, “el país que mostró la
mayor pérdida proporcional de vegetación nativa fue Brasil, con 21.356 km² (20 %
del área existente en 2000), sobre todo debido a la expansión de áreas agrícolas
para siembra de soja”.
En ese sentido, indicó que “Argentina sufrió la mayor pérdida de vegetación nativa en términos absolutos, aproximadamente 51.242 km² (18% del área en 2000). Una variación desde 291.094 km² en 2000 hasta 239.851 km² en 2019, también debida a la expansión de áreas agrícolas y de pasturas con especies exóticas”.
El estudio también relevó que en Uruguay fue registrada una pérdida de vegetación nativa de 2.102 km², pasando de 119.139 km² en 2000, a 107.03 km² en 2019. “Se observó una caída algo menos acentuada en relación al área de 2000 (10 %)”, comentó el investigador.
“Del total de pérdida de vegetación nativa en toda la región, el 85 % correspondió a pérdida de cobertura de pastizales”, remarcó de Abelleyra.
En relación a las actividades agropecuarias, el estudio señaló que las áreas de agricultura y pasturas implantadas crecieron 17,4 %, pasando de 427.239 km² a 501.489 km², con mayor expresión en el área de Argentina y Brasil.
“La silvicultura, aunque ocupa un porcentaje mucho menor que la agricultura
en la región, ha mostrado un crecimiento acelerado en las últimas dos décadas,
con la excepción del sector de Argentina”, expresó de Abelleyra. En Uruguay,
hubo un aumento de 6.364 km2 en el período (69 %). En Brasil, el aumento fue de
3.254 km2 (212 %)
Este tipo de iniciativas permiten la generación de información de base para caracterizar cambios históricos en las coberturas y usos del suelo, con una resolución espacial y temporal sin precedentes para la región. Esto permitirá evaluar los impactos de la producción agropecuaria ocurridos durante los últimos años y proponer acciones que favorezcan la sustentabilidad de la producción y el equilibrio medioambiental. Dentro del territorio Argentino, se suma a otras iniciativas de la red MapBiomas en las que participa el INTA (MapBiomas Chaco y MapBiomas Bosque Atlántico) con la meta de caracterizar todo el territorio Argentino en el mediano plazo.