La consultora Elizalde & Riffel estimó los resultados económicos de feedlots de diferentes tamaños, con dos tipos de raciones suministradas mediante autoconsumo y en forma diaria, análisis que lleva adelante desde hace varios años en base a datos de establecimientos pampeanos que terminan animales livianos. Esta información es particularmente importante en un negocio de márgenes muy reducidos e incluso negativos, donde la escala es fundamental para diluir costos fijos y el porcentaje de maíz en la dieta, encarecido en la última campaña, también hace al resultado.
El trabajo se enmarca en la gran difusión entre los planteos de tamaño chico a mediano, de esquemas de alimentación que utilizan silos o comederos de autoconsumo, dada la menor necesidad de personal. Sin embargo, muchas veces se emplean dietas a base de altas proporciones de maíz y concentrados proteicos, cuando se podrían armar raciones de la misma simplicidad con menor cantidad de grano y subproductos como el afrechillo de trigo y la cascarilla de soja, entre otros, que se consiguen a precios más convenientes. Es decir, lo que se buscó con este estudio es dilucidar si la ventaja de la reducción de los costos operativos se anula o disminuye por los mayores costos en alimentos.
Los modelos
Se comparó el sistema de suministro (autoconsumo versus oferta diaria) y el tipo de ración (maíz-concentrado proteico versus maíz-afrechillo de trigo), en diferentes tamaños de engorde a corral según cuatro modelos productivos:
– Silos autoconsumo con ración de maíz-concentrado proteico (90% maíz entero + 10% concentrado proteico comercial).
– Silos autoconsumo con ración seca compuesta por 68% maíz entero + 28% pellet trigo + 4% premix terminación pelleteado.
– Suministro diario de ración dos veces por día (mañana y tarde) en comederos con lectura diaria de los mismos. Ración de maíz-concentrado proteico (90% maíz entero + 10% concentrado proteico comercial).
– Suministro diario de ración dos veces por día (mañana y tarde) en comederos con lectura diaria de los mismos. Ración seca compuesta por 68% maíz entero + 28% pellet trigo + 4% premix terminación pelleteado.
El costo de dar de comer
Los costos operativos fueron calculados para escalas de 500 a 2.000 cabezas/año, considerando la diferencia en el tiempo efectivo de trabajo del personal entre los métodos de ofrecimiento. En el caso del autoconsumo se tuvo en cuenta el suministro semanal más la observación diaria de los comederos.
Tal como se ve en el gráfico, el costo operativo del sistema de autoconsumo con maíz y concentrado proteico es levemente menor al autoconsumo con maíz-afrechillo debido a que hay que mezclar menos ingredientes y repartir la ración menos veces por semana.
Por otra parte, los costos de los esquemas de autoconsumo son inferiores respecto al suministro diario de ambos tipos de raciones, aunque esta situación se revierte para escalas superiores a 1.000 cabezas, debido a que es necesario preparar la ración en un mixer y distribuirla en los silos con chimango, lo cual requiere más personal.
Los mayores costos operativos de la oferta diaria para menos de 1.000 cabezas, no solo se deben al mayor tiempo del personal para el mezclado sino también a que el suministro se realiza dos veces por día.
Con estas consideraciones, se cumple con la presunción de que alimentar con silos de autoconsumo resulta en un método más simple y económico desde el punto de vista de los costos operativos, respecto del suministro diario, aunque esto ocurre solo en escalas chicas, de menos de 1.000 cabezas.
Sin embargo, esto no significa que se trate de un sistema de mejor resultado económico por kilo producido ya que se debe tener en cuenta también el costo de ambos tipos de raciones.
Mirando el todo
Los resultados económicos fueron simulados asumiendo que la eficiencia de conversión es la misma en ambos sistemas de suministro. Además, existen evidencias de que las raciones menos concentradas (maíz 68%) ofrecidas en forma diaria tienen eficiencias similares a las más energéticas, con 90% de maíz y concentrado proteico, dado que estas últimas generan potencialmente más riesgos de acidosis.
El costo de la ración fue calculado en función de los precios actuales de las materias primas utilizadas, considerando el maíz propio y el resto comprado a valores de mercado. El costo de la ración, en base seca, fue de $23.893/ton para maíz-concentrado proteico y de $19.604/ton para maíz-afrechillo. O sea que el alimento elaborado en el campo con menor proporción de grano y tres ingredientes (maíz + afrechillo trigo pelleteado + premix pelleteado) resultó 17% más barato que la mezcla con mayor proporción de maíz y concentrado proteico.
Las categorías de engorde estudiada fueron animales livianos (machos y hembras de 180 a 320 kg) y los precios de compra y venta, $220/kg y $210/kg, respectivamente.
Hecho a campo, mejor
Los resultados económicos expresados a través del margen bruto por cabeza son negativos cuando la ración utilizada es cara (maíz-concentrado proteico) independientemente de la escala y del método de suministro (Ver: Margen Bruto Ternero).
En contraposición, la combinación autoconsumo con maíz-afrechillo comienza a dar margen positivo a partir de las 500 cabezas, mientras que el suministro diario necesita 1.000 cabezas como mínimo para no generar quebranto. Por otra parte, con este tipo de raciones el margen es mayor con el suministro diario respecto del autoconsumo en escalas mayores a 2.000 cabezas.
Los resultados demuestran que si se quiere mejorar el margen económico hay que manejar y elegir la ración en primera instancia y luego el sistema de suministro.
En tal sentido, el cambio de ración de maíz-concentrado proteico por maíz-afrechillo genera, en promedio, $2.912/cab de diferencia, ($582 versus -$2.330 respectivamente), independientemente de la forma de suministro.
En cambio, el método de suministro tiene menor relevancia ya que pasar de autoconsumo a oferta diaria significa, en promedio, una diferencia de tan solo $343/cab (-$702 versus -$1.046, respectivamente).
Por otra parte, usar raciones con maíz y afrechillo genera un monto adicional de $2.912.000 para un encierre de 1.000 cabezas por año, cifra que supera holgadamente el valor de un mixer de 5 metros cúbicos necesario para esta escala. De esta forma se podría comenzar a fabricar la ración en el campo, capturar mejores resultados y luego acceder a mayor nivel de tecnificación.
En síntesis, el tipo de ración tiene más peso que el sistema de suministro. Las dietas con altas proporciones de maíz y concentrado proteico generan resultados económicos negativos o márgenes reducidos, independientemente de la escala y del sistema de suministro, un aspecto a seguir bajo la lupa en los tiempos que atraviesa el negocio del feedlot.
Por: Ing. Agr. Juan C. Elizalde, Ph.D. - Ing. Agr., M. Sci. Sebastian L.
Riffel
Estudio realizado en el marco de un convenio con Phibro Animal Health.
Fuente: Valor Carne