Por supuesto, el virus es lo que más preocupa, ya que había economías que tenían planes bien concretos de aperturas totales en sus niveles de actividad, pero los aumentos de contagios por la aparición de la cepa más virulenta llegada de India está inquietando, generando más contagios, y eso puede alterar los planes de aperturas económicas y de decisiones de inversión de las principales empresas del mundo.
Y en el caso de Argentina, que está tomando medidas para que la cepa Delta no llegue, las variantes que ya circulan en el país nos siguen lastimando. Ayer volvió a registrarse un aumento en los contagios, con 27.260 nuevos casos y 589 muertos en las últimas 24 horas, con una todavía muy impactante cantidad de 7.890 personas en terapia intensiva, por lo que se acumulan 86.615 fallecidos en toda la pandemia, con el Gobierno ahora pretendiendo sacar el tema del debate público porque ya ingresamos en pleno momento electoral.
El marco global
La enfermedad, por supuesto, castiga en todas partes: EE.UU. ya tiene 615.664 muertos, con casi 311 millones de vacunados. Pero el Covid no es el único foco que preocupa: por las trabas de la pandemia hubo menos producción en la economía norteamericana, y con altísima emisión se gatilló una elevada inflación anual (5% anual en mayo) y para decidir que se hace con ese otro gran problema la Fed inició ayer una reunión de dos días para ver qué se resuelve.
Hoy el número uno de la Fed emitirá un comunicado que los inversores mirarán con lupa. Todos tratarán de ver, entrelíneas, si la Reserva Federal achica la cantidad de dólares que usa para comprar bonos del Tesoro o papeles hipotecarios en Wall Street, y también se mirará si se sigue con el mismo y repetido discurso que se dice desde hace un año: “La tasa corta seguirá en 0% hasta fines de 2023”.
Hasta ahora, para evitar en medio de la pandemia un colapso en la Bolsa de Nueva York, algo que provocaría una crisis probablemente sin precedentes, la Fed estuvo comprando US$ 120.000 millones por mes en bonos del Tesoro (US$ 80.000) y en papeles hipotecarios (US$ 40.000) y el mercado está convencido de que Powell levantará el pie en este tipo de adquisiciones.
Es casi seguro que este recorte de compra de papeles, denominado tapering, no se realice todo de golpe, sino de a poco, como si se tratara de una especie de desaceleración, para que los actores del mercado vayan calculando hacia dónde van las cosas: es decir, explicitando bien el plan, para que todos confíen en lo que se va a hacer.
Esta expectativa de menor liberación de dólares pone las barbas en remojo de todos los sectores y, con eso, las cotizaciones en ebullición que se observaban en muchos valores están empezando a descomprimirse. Y en esto, por supuesto, el valor de las commodities actúa como eje de todo el movimiento, ya que actúan como una especie de piñón fijo de todas las actividades.
Por lo pronto, muchos sectores siguen convencidos de que las vacunas terminarán dominando incluso a la variante Delta y que los niveles de actividad se normalizarán pronto. Por eso el petróleo volvió a ganar un buen escalón ayer, con una suba del 1,6%, con buena parte del mundo político empezando a mirar hacia la Opep para que anuncie pronto una apertura de canillas que frene este precio que ya es el más alto desde octubre de 2018.
Cotizaciones en baja
Pero el petróleo fue el único valor que siguió sostenido: el resto de las variables principales estuvieron todas para abajo. Bajaron los metales preciosos, cayeron fuerte los metales básicos, estuvieron débiles las criptomonedas y, en un factor que afecta mucho a Argentina, volvió a verse otro día con sensibles bajas para el precio de los granos.
Ayer la soja bajó otro 0,6% en Chicago, desde los 610 dólares de hace un mes largo ya está en 537 dólares y ya se realizan contratos futuros con valores cercanos a los 500 dólares. Y esta baja de los granos en Chicago está inquietando a los productores argentinos, que están acelerando ventas, por lo que ayer el girasol se hundió 13,2% en Rosario, el trigo bajó 3,5%, el maíz cedió 2,1% y la soja perdió 0,3%.
De este modo, con precios más bajos, y con buena parte de la cosecha ya vendida, empieza a verse que al Banco Central le cuesta cada día más trabajo poder conseguir acumular más reservas. De hecho ayer no terminó sumando dólares, sino que la cantidad de reservas cayó en US$ 54 millones, hasta US4 42.666 millones, en medio de inversores que se están inquietando porque apareció un nuevo resquemor con los plazos fijos.
El BCRA colocó ayer Leliq por otros $210.000 millones de pesos al 38% anual (mientras que los bancos siguen pagando 37% por los plazos fijos), pero con un agregado: una parte de las leliq que toman los bancos se están reconvirtiendo en bonos del Tesoro, o sea una parte de los depósitos que la gente realiza en los bancos que hasta ahora se encajaba en Leliq a 30 días, a partir de ahora empiezan a convertirse de modo voluntario en bonos a un año y medio de plazo.
Y hoy puede haber más de esa transformación, porque el ministro de Economía, Martín Guzmán, realizará una doble operación: la colocación de deuda número 43 desde que ocupa su cargo y, además, propondrá a las entidades el canje del bono TC21, un papel ajustable por inflación que vence el próximo 22 de julio por un gigantesco volumen de unos $300.000 millones. Y este no es el único vencimiento importante por delante, entre julio y agosto Alberto heredará bonos emitidos bajo su mandato por la friolera de casi $1 billón.
Más colocaciones
Hoy, puntualmente, Guzmán sale a tomar más deuda con licitación de Ledes, Lepase y Lecer por efectivo sin ponerle tope a la tasa de interés a pagar y, además, propondrá la conversión del Boncer TC21 por una canasta de Boncer con vencimiento en 2022 y 2023. En detalle, ofrecerá una Lete en pesos a descuento con vencimiento 30 de septiembre de 2021 (s30s1 – reapertura), una Lete en pesos a tasa variable más 2,00% con vencimiento 30 de septiembre de 2021 (ss301 – reapertura), una Lete en pesos a descuento con vencimiento 30 de noviembre de 2021 (s30n1 – reapertura), una Lete en pesos ajustadas por CER a descuento con vencimiento 31 de marzo de 2022 (x31m2 – reapertura) y una Lete en pesos ajustadas por CER a descuento con vencimiento 23 de mayo de 2022 (x23y2 – reapertura).
Los inversores son conscientes de que los granos están bajando, de que el BCRA junta ahora menos reservas y de que se vienen vencimientos muy grandes y, a pesar del ancla que aplica el Gobierno en los tipos de cambio oficiales, ayer volvió a verse una presión alcista en los dólares libres, fundamentalmente en el dólar blue, que ya acumula un salto del 15% en las últimas diez semanas, algo que provocó la mayor brecha cambiaria de las últimas diecinueve semanas.
En números concretos, mientras en el exterior el dólar subió 1,1% en Chile, 0,3% en México y 0,2% contra la libra, no cambió contra el euro y el yen y bajó 0,3% en Brasil, en Argentina los seis dólares de Alberto estuvieron para arriba.
El dólar turista subió 24 centavos hasta $166,11, el oficial subió 14 centavos hasta $100,67, el blue saltó $2 hasta $160 y el dólar mayorista subió 5 centavos hasta $95,30. El dólar MEP subió 77 centavos hasta $158,72 y el contado con liquidación subió un centavo hasta $164,40. Por lo que hubo una brecha del 59% entre el dólar oficial y el blue y del 72,5% entre el CCL y el mayorista. Al tiempo que, medidos en pesos, el euro subió 12 centavos hasta $115,56, el real subió 6 centavos hasta $18,88 y la libra bajó 18 centavos hasta $134,19.
Además del virus, de las menos reservas y del dólar más firmes, hubo otras señales que generaron inquietud. A 89 días de las PASO, el Presidente quería inaugurar una autopista en Pergamino, pero no pudo ir porque se enteró de que productores de esa zona armaban una protesta en contra. Además, el Indec difunde hoy el índice de precios al consumidor de mayo, que sería inferior al 4% mensual (en los últimos seis meses el país tiene una inflación crucero de ese nivel, lo cual anualizado significa 60% anual) pero con el virus y por las malas señales de política económica el rebote de la economía se aplaca.
Con ese marco, mientras se dio ayer una rueda con bajas de entre 0,1% y 0,7% en casi todas las bolsas del mundo, la Bolsa de Buenos Aires pudo mejorar 0,2% en pesos (con $1.118 millones operados en acciones y $1.960 millones en Cedears), pero bajó 0,3% en dólares. Y a los bonos les pasó lo mismo: en pesos estuvieron sostenidos, pero en dólares retrocedieron, por lo que el riesgo país volvió a subir, creció 8 unidades, hasta 1.488 puntos básicos, luego de haberse agachado hasta 1.463 hace una semana.
El link de la fuente AQUIFuente: El Economista