Cristina Kirchner y Sergio Massa dispusieron un aumento del 40% de los sueldos de los empleados del Congreso de la Nación. Cabe destacar que ese 40% supera ampliamente la tasa de inflación proyectada en el presupuesto de 29% y del 33% que corrigieron recientemente.
Se argumenta que los sueldos en el Congreso están atrasados. En realidad en 2020, en plena pandemia, el gasto en personal aumentó el 33,7% respecto a 2019 y, además, en el presupuesto 2021 estaba previsto un incremento del 17% de los gastos en personal, con lo cual el 40% de la semana pasada se suma al 17% ya previsto.
El presupuesto del Congreso de la Nación para 2021 fue establecido en $ 40.273 millones de los cuales el 84% corresponden a gastos en Personal, es decir, el gasto en personal suma $ 33.838 millones para todo el año. El 40% sobre esa cifra es $ 13.535 millones. Suponiendo que el 40% solo corresponde a 7 meses del año, el mayor gasto en personal sería de unos $ 7.900 millones. Al tipo de cambio oficial de $ 100 por dólar son US$ 79 millones que equivalen a casi 4 millones de dosis de vacunas de Pfizer a un precio de US$ 20 por cada dosis.
Considerando que el personal del Congreso hace un año y medio que no va a trabajar, no parece disparatado que hagan un esfuerzo frente a tanta gente desocupada y sin ingresos que genera la cuarentena del gobierno, y ese dinero se hubiese destinado a aliviar la carga tributaria de la gente que trabaja o bien a comprar 4 millones de vacunas. Un gesto de solidaridad del que tanto hablan los políticos.
El presupuesto del Senado de la Nación para 2021 fue fijado en $ 13.909 millones con una dotación de empleados asignados específicamente a la Cámara Alta de 5.027 empleados, es decir, en promedio cada senador tiene 70 empleados cada uno. Cada senador, en promedio, pasa a ser una PYME importante.
Tomando el tipo de cambio al momento de redactar estas líneas en pesos por euro, el costo de cada senador, no solo el sueldo sino que incluye todos los gastos de asesores, etc, llega 139.425 euros mensuales por senador. El senado de España, país que tiene fuertes lazos con el nuestro y casi la misma población, tiene un costo mensual por senador de 18.170 euros. O sea, un senador argentino tiene un costo para el contribuyente 7,7 veces mayor al de un senador en España.
Si vemos qué ocurre con la Cámara de Diputados, el resultado es que cada diputado argentino tiene un costo total de 43.865 euros mensuales versus los 23.000 euros mensuales que cuesta mantener un diputado español.
Cabe destacar que este “lujo” de tener legisladores que cuestan hasta 7,7 veces más en Argentina que en España se contrapone con un dato relevante: el ingreso per capita en Argentina es de US$ 9.900 anuales y en España de US$ 30.000. O sea, en Argentina tenemos un pueblo pobre con políticos ricos versus España que, aun teniendo un gobierno socialista, todavía no llega a este nivel de opresión sobre el sector privado.
Un dato a tener en cuenta es el de la biblioteca del Congreso. Con sus 1.396 empleados asignados específicamente a la biblioteca, tiene un presupuesto total para este año de $ 3.470 millones de los cuales el 92% está destinado a gastos de personal.
Tomando el tipo de cambio oficial se llega a un número final por el cual cada empleado de la biblioteca del Congreso le cuesta al contribuyente US$ 1.900 mensuales. Un sueldo que no es menor considerando lo mal que lo está pasando el sector privado por la cuarentena que impone el gobierno el Congreso parece avalar. En promedio un empleado de la biblioteca del Congreso gana unos $ 200.000 mensuales. Dudo que el mozo del bar de la esquina logre ese ingreso.
Todos estos datos están limitados al Congreso Nacional, no se incluye acá el costo de los congresos provinciales, los concejos deliberantes, los ejecutivos de los tres niveles de gobierno ni las ramas judiciales.
En síntesis, este aumento del 40% en los sueldos de los empleados del Congreso es una cachetada que parte de la dirigencia política le está dando a la mayoría de la población que vive angustiada porque el Estado no la deja trabajar en nombre de la pandemia. Y encima aumentan el monotributo en forma retroactiva para ese comerciante que no puede abrir caja todos los días porque el Estado lo multa, le clausura el negocio o lo mete preso si quiere trabajar.
Es más, parece quedar en evidencia que buena parte de la dirigencia política se ha transformado en una casta que vive a cuerpo de rey, mientras el pueblo es sometido al encierro en sus casas, pierde sus empresas, sus puestos de trabajo y no sabe cómo mantener a sus familias.
Hay que hacer un gran esfuerzo de imaginación para llamar a este sistema una democracia republicana. Se asemeja bastante más a la forma de vida que imperaba en Inglaterra en 2015 bajo el reinado de Juan Sin Tierra que a los representantes del pueblo que dicen ser.
Fuente: Economía para Todos