Yara, compañía líder mundial en fertilizantes, reafirma su compromiso con una agricultura climáticamente inteligente a nivel mundial. Este enfoque, propuesto por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), ayuda a orientar las acciones necesarias para impulsar la seguridad alimentaria en el contexto de un clima cambiante.
La agricultura climáticamente inteligente persigue tres objetivos principales: el aumento sostenible de la productividad y los ingresos agrícolas; la adaptación y la creación de resiliencia ante el cambio climático; y la reducción y absorción de gases de efecto invernadero, en la medida de lo posible.
La agricultura, la silvicultura y el uso de la tierra que conllevan estas actividades generan aproximadamente entre 20 y 30 por ciento del total de las emisiones de gases de efecto invernadero antropogénicos. Por eso Gustavo Elías, coordinador agronómico de Yara Argentina, señala que "la agricultura puede contribuir de manera significativa a los esfuerzos mundiales de mitigación, reduciendo su huella de carbono mediante la adopción de estrategias de crecimiento con bajas emisiones y mejorando el almacenamiento de carbono en los suelos".
Un ejemplo en ese sentido es la serie de ensayos en trigo que la empresa realizó recientemente en el país para estimar las diferencias entre las emisiones de Gases de Efecto Invernadero del programa nutricional propuesto por la compañía, en comparación con fertilizantes tradicionales. Los resultados mostraron que la utilización de una tecnología específica como la solución denominada "CerealPlus" incidió en una reducción de 33 por ciento de las emisiones contaminantes por tonelada producida. La evidencia refleja, además, el gran impacto que tiene la utilización de fertilizantes eficientes, balanceados y dosificados de manera precisa.
"El objetivo debe ser maximizar la producción de manera sustentable, asegurando a la vez una buena rentabilidad", afirma Elías, para luego concluir: "las buenas prácticas de manejo para la producción de alimentos deben aprovechar, en la medida de lo posible, la gran variedad y eficiencia de las herramientas tecnológicas que hoy están a su disposición".