Cuando adquirimos un dispositivo nuevo, estamos tan pendientes de explorar todas sus funcionalidades que nos olvidamos qué hacer con el monitor usado o la tablet rota.
El desarrollo tecnológico y la oferta constante del mercado provocan un permanente recambio de artefactos eléctricos y electrónicos que consumimos en nuestra vida diaria. Nuevas funciones, diseños y modelos impulsan la compra de los dispositivos más recientes y al mismo tiempo, los aparatos que estaban en uso son desechados.
Esta tendencia de economía lineal (producir, consumir y tirar) ha presionado al máximo los recursos de la Tierra, dejando al descubierto uno de los mayores problemas ambientales: la generación de una gran cantidad de residuos electrónicos que no se reciclan a través de métodos eficaces y seguros.
Según un informe realizado por la Plataforma para Acelerar la Economía Circular (PACE) y la Coalición de Residuos Electrónicos de las Naciones Unidas a principios de 2019, en todo el planeta se crean unos 50 millones de toneladas de “desechos electrónicos” o Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEE), anualmente, previendo para el año 2050 alcanzar las 120 millones de toneladas.
El informe también hace referencia al valor que tienen esos desechos, que supera los 60.000 millones de dólares cada año.
A la vez, el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente informa que el 80% de esos desechos electrónicos acaba como relleno sanitario o en basurales a cielo abierto, sin la gestión del reciclaje adecuado.
Los RAEE´s contienen sustancias químicas que contaminan el medio ambiente al mezclarse con el resto de la basura, desprendiendo metales tóxicos perjudiciales para la salud.
La ONU está financiando proyectos para apoyar la industria del reciclaje de los desechos electrónicos en 13 países de América Latina: Argentina, Bolivia, Chile, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá, Perú, Uruguay y Venezuela.
Asimismo, ha pedido implementar la economía circular, que promueve una mayor reutilización y reciclaje posible. Es decir, no utilizar nuevos recursos para continuar con el progreso de una forma más sostenible.
En este nuevo modelo encontramos la posibilidad de cambiar la forma de producir y de consumir para tener un crecimiento económico.
Ante esta situación, la reutilización es la alternativa indicada para recuperar los aparatos eléctricos y electrónicos de una manera económica, técnica y ambientalmente más eficiente que el reciclaje.
Como resultado, los productos refurbished (también conocidos como “reacondicionados”) son aquellos artículos que se destinan a la comercialización tras haber sido revisados, reparados y re-embalados.
En el marco del Día Mundial del Reciclaje, queremos reafirmar nuestro compromiso con la Responsabilidad Social al reutilizar y reciclar eficientemente activos IT en desuso, reduciendo los desechos electrónicos a la vez que recuperamos el valor de los equipos en desuso, ayudando a reducir la brecha digital, cuidando del medio ambiente.
El proceso de Disposición de Activos de Tecnología de la Información (ITAD por sus siglas en inglés) está concebido para solucionar la problemática del fin de ciclo de vida de los activos de una organización.
Ofrecemos a las empresas una solución completa para que puedan disponer de sus equipos usados en forma económicamente rentable, segura, auditable y sustentable con el medio ambiente.
Aseguramos trazabilidad, destrucción certificada de la información y reciclaje del material sobrante de acuerdo a las normas ambientales.
Fuente: Tecno Pymes