¿Cómo nos ven en el mundo? Más allá de la coyuntura, obsevando una serie de indicadores, se puede tener una aproximación. El cuadro muestra seis indicadores diferentes y el ranking que Argentina ocupa en relación al total de países relevados en cada uno.
El Indice de Desarrollo Humano del PNUD muestra al país en una posición relativamente interesante, 48 entre 189 países, calificando como país de “desarrollo humano muy alto”. Mide PIB per cápita, esperanza de vida al nacer, alfabetización y matriculacion de la educación básica (no calidad educativa). Hasta aquí, un buen resultado. El informe Doing Business del Banco Mundial releva facilidad para hacer negocios, apertura de una empresa y entorno productivo; Argentina ranquea 126/190, mostrando dificultades serias a la hora de generar negocios y atraer inversiones.
Las pruebas PISA (OECD) miden conocimientos y habilidades para resolver problemas entre alumnos de 15 años de edad, en muestras representativas del sistema educativo básico. Entre 79 países participantes, Argentina midió en 2018 en el puesto 63 en lectura, 71 en matemática y 65 en ciencias. Cabe destacar que en un mundo de economía digital e inteligencia artificial, entre los 10 primeros puestos en matemática se encuentran 7 países de Asia Pacífico. El problema educacional en Argentina es decisivo para entender hacia donde va el desarrollo del país.
Estos tres índices son realizados por organismos internacionales de indudable reputación. Los tres siguientes son elaborados por organismos e instituciones privados. En cuanto a competitividad de la economía, dos indicadores de organismos privados. En el del WEF, Argentina ocupa el puesto 83/141 países; en el del IMD, 62/63 países relevados. Finalmente, en el Indice de Libertad Económica de la Heritage Foundation, el país se ubica 148/178 países.
El país parece alejarse cada vez más del mundo, según indican estos índicadores. El cierre de las exportaciones de carne vacuna, un emblema argentino en el mundo -como instrumento anti-inflacionario que no tendrá efectos-, es otra señal inequívoca de la decadencia. Pero la educación básica es la verdadera brújula, nos muestra hacia adonde vamos.