En lo que va del año, el BCRA compró USD 3.375 millones gracias al boom de los precios de los commodities, mientras que las reservas crecieron solamente USD 799 millones (el 24% del total). Si bien una parte se utilizó para saldar deuda de organismos internacionales (USD 830 millones), gran cantidad de esos dólares se fueron para sostener a los dólares paralelos.
En cuanto al dólar oficial, el gobierno venía devaluando al ritmo de la inflación para que el tipo de cambio no se atrase. Sin embargo, hace dos meses tomó la determinación de cambiar el rumbo de esta tendencia. La inflación se aceleró; el gobierno temió un traslado a precios y pisó el tipo de cambio. El dólar se suma a la lista de precios intervenidos en donde se encuentran las tarifas de los servicios públicos y los productos incluidos en Precios Cuidados y otros programas de congelamientos de precios.
Diego Piccardo, Economista en Libertad y Progreso, advirtió que se trata de una estrategia “electoralista y de corto plazo” y advirtió que “la política económica no está enfocada en los problemas reales que tiene Argentina, sino que lo que busca es llegar con las variables económicas relevantes artificialmente controladas. En el caso del tipo de cambio, se nota claramente el inicio del “Plan Guzmán” de llegar a las elecciones con el dólar tranquilo. Al dólar se le suman otras variables como las tarifas y los controles de precios. Los costos de estas medidas los pagaremos más adelante”.
Iván Cachanosky economista Jefe en la Fundación Libertad y Progreso señala que hay que tener mucho cuidado con ese análisis “ya que el IPC mide en gran medida servicios que no están atados al dólar oficial mientras que más bien son los precios mayoristas los que tienen un mayor correlato con el dólar oficial”.
Según el Mgs. Aldo Abram, economista y director de la Fundación, “la evolución del valor de casi todos los precios de los bienes que están en las góndolas de los supermercados depende del tipo de cambio mayorista; ya que se exportan o importan. Sólo una minoría de estos últimos, que no cuentan con acceso al mercado “cepo”, dependen del dólar paralelo. Por lo tanto, el BCRA busca disminuir el incremento de los productos de la canasta básica para que la gente llegue a las elecciones mejor predispuesta con el gobierno. El problema es que el creciente atraso cambiario genera perjuicios económicos y, seguramente, luego de que la gente haya votado, habrá que corregir esta distorsión con varios meses de fuerte suba del tipo de cambio oficial. Esto no es nuevo, ya lo hicieron en 2013-14”.
Los ajustes cambiarios discrecionales tienen sentido en una economía improvisada y con metas en el corto plazo. Es necesario pensar la República Argentina, no en crisis permanente, sino hacia adelante con un profundo espíritu de libertad. De esta manera podremos construir un país sólido para que nuestra posteridad despliegue sus talentos.
Fuente: Fundación Libertad y Progreso