CIUDAD DE MÉXICO. Gran parte de los animales y plantas de México son especies endémicas porque su distribución está restringida a un territorio determinado, que puede ser un país, un estado o alguna montaña, cueva, lago o río, por ejemplo.
De las 361 especies conocidas de anfibios en el País, casi la mitad son endémicas, de acuerdo con la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio).
Una de ellas es el axolote mexicano (Ambystoma mexicanum), un animal capaz de regenerar miembros perdidos, incluso partes del cerebro y del corazón. Es endémico de los lagos del Valle de México y en la actualidad sobrevive en Xochimilco, aunque está en peligro de extinción.
Según un estudio liderado por la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ) de Brasil, este tipo de especies serán más afectadas por la crisis climática que las que no son endémicas.
Calentamiento aumenta peligro de extinción
La investigación reporta que más del 90 por ciento de las especies endémicas enfrentarán consecuencias negativas, como la reducción de su población, si el aumento de la temperatura del planeta alcanza los 3 grados centígrados por encima de los niveles previos a la Revolución Industrial.
En la actualidad, la Tierra está rumbo a un calentamiento de 3 a 5 grados centígrados durante este siglo debido al cambio climático provocado por las actividades humanas, de acuerdo con António Guterres, Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Si la el incremento de la temperatura se limita a 1.5 grados centígrados, el riesgo de extinción para las especies endémicas aumentaría 2 por ciento; si alcanza 2 grados centígrados, crecería a 4 por ciento; pero si llega a los 3 grados centígrados, el riesgo de que desaparezcan se dispara hasta 20 por ciento para los organismos terrestres y 32 por ciento para los marinos.
“El cambio climático amenaza áreas rebosantes de especies que no se pueden encontrar en ningún otro lugar del mundo”. Stella Manes, doctorante en la UFRJ y autora líder del estudio.
Amenaza alcanza tierra y mar
Los investigadores realizaron un análisis de más de ocho mil evaluaciones de riesgo de especies que habitan en 273 áreas de biodiversidad excepcional del planeta, tanto en ecosistemas terrestres como marinos.
Así, descubrieron que el 34 por ciento de los organismos endémicos terrestres
y el 54 por ciento de marinos enfrentarían un riesgo elevado de extinguirse por
la crisis climática.
En México, algunos ejemplos de especies endémicas terrestres son las flores de
Nochebuena y cempasúchil, así como el teporingo o zacatuche (Romerolagus diazi),
un pequeño conejo que vive en los volcanes del Valle de México y está en peligro
de extinción.
La vaquita marina (Phocoena sinus) y la totoaba (Totoaba macdonaldi) son
ejemplos de organismos endémicos marinos. Ambos habitan en el Alto Golfo de
California y los dos están en peligro crítico de extinción.
El estudio también señala que el 84 por ciento de las especies endémicas de
montaña y el 100 por ciento de las isleñas experimentarían riesgo de extinción
como consecuencia del cambio climático.
Especies exóticas ganan terreno
Una de las principales consecuencias de la creciente amenazada para los organismos endémicos es la posibilidad de que sean reemplazados por especies exóticas.
Se trata de aquellas que no son nativas de un país o una región, como México, a la que llegaron de forma intencional o accidental. La mayoría llegan a nuevos lugares después de recorrer grandes distancias, en especial debido a actividades humanas, por ejemplo tras ser transportadas para utilizarlas como alimentos u ornamento.
De acuerdo con el estudio, este tipo de organismos podrían no ser afectados o incluso ser beneficiados por el cambio climático. En caso de que reemplacen a las endémicas, podrían ocasionar una pérdida de biodiversidad.
En el País, algunas especies exóticas populares son la tortuga de orejas rojas, el perico argentino, la carpa koi, la jacaranda y el lirio acuático.