Detrás de estas medidas se esconde la visión equivocada según la cual la suba
generalizada de precios responde a que el mercado de los alimentos presenta
tensiones entre la exportación y el mercado interno.
A la inflación se la debe atacar por sus verdaderas causas, no por sus
efectos. La causa de la inflación, incluido el aumento de los precios de los
alimentos, es el exceso de emisión monetaria como consecuencia de un gasto
público galopante y de baja calidad, producto a su vez de un Estado
sobredimensionado e ineficaz.
Seguir generando más burocracia innecesaria con registros e instrumentos ya
fracasados es lo contrario a la necesidad de generar expectativas positivas
sobre la producción y la inversión.
En momentos en los que los productores necesitamos reglas de juego claras, para poder seguir nuestra actividad para que los argentinos y el mundo cuenten con los alimentos que producimos, alarma que el gobierno nacional siga transitando sendas erradas, tomando medidas inconsultas que sólo profundizan la difícil situación que atravesamos. Y esa situación está atravesada por la pandemia y por los problemas que se desprenden de la errática política económica llevada adelante por el gobierno, tales como la inflación, la falta de financiamiento y los altos costos para la producción.