Desde el Día de la Independencia, fuimos una tierra de miserias, enfrentamientos facciosos violentos, hasta 1853. El gran pacto pacificador de la Constitución atrajo a millones de gentes de buena voluntad que afincaron familias y actividades. Hizo a la Argentina tierra de oportunidades. Tanto y tan rápido que, en 1920, ofrecía los ingresos más elevados del planeta, a una población que se había multiplicado por siete veces, el más dinámico desarrollo del mundo, atestigua Angus Maddison.
A pesar del éxito, vuelcos políticos e ideológicos direccionaron violentas alteraciones institucionales, vaivenes extraordinarios. Sin embargo, todavía en 1980, el PBI por habitante más que triplicaba al actual, medido en dólares corrientes, actualizados por precios al consumidor de EEUU. La medición más certera del valor internacional de lo producido. Ese ingreso también triplicaba al promedio mundial.
La confusión de políticas contrajo al PBI por habitante a un 30% inferior al
promedio mundial, en 2020. El gráfico delinea el ingreso promedio mundial y de
la Argentina, en las últimas cuatro décadas de políticas empobrecedoras. En el
libro “Por un País más Justo y Floreciente” explico el por qué.
Entre 1980 y 1982, los desastres gubernamentales, devaluaciones monetarias, crisis de las deudas latinoamericanas y Malvinas causaron la mayor caída de los ingresos.
El gráfico ilustra el aumento superior al 50% del PBI con la convertibilidad fija en 1 a 1 entre el peso y el dólar y las regulaciones amigables de la década de 1990. La abismal caída tras la destrucción institucional de 2002 y la paulatina recuperación, merced a los extraordinarios valores de la soja y materias primas posteriores y cierta recomposición. Pero desde 2017 vuelve el declive, y se acelera la baja tras las PASO de 2019 y la pandemia en el último año.
¿Qué son los recursos productivos? Productivas son las actividades que satisfacen necesidades individuales. Entonces, las actividades se hacen cada vez más productivas cuanto mejor coordinadas, incluyendo a más personas, liberando fronteras y otras trabas artificiales. Las libertades de intercambios voluntarios, las transacciones, el comercio, expanden las satisfacciones, ingresos y propiedades individuales. Por eso, dirigentes prepotentes que desconocen deseos y habilidades individuales de la gente, retrasan. No nos sorprendamos de la explosión de pobrezas.
Las actividades se hacen cada vez más productivas cuanto mejor coordinadas,
incluyendo a más personas, liberando fronteras y otras trabas artificiales
El logro de las libertades
Los países avanzan y progresan según empoderan a las personas, liberando decisiones, sin discriminaciones ni retaceos. Es notable la multiplicación de los ingresos, desde las liberaciones el inicio de cada década hasta 2020, de los antiguos regímenes comunistas. Todos y cada uno de los países que abandonaron el sistema comunista de producción multiplicó sus ingresos, muestra el cuadro. Sus dirigentes fueron reemplazados o cambiaron las regulaciones para mantenerse en el poder.
No importa su ubicación, en el mundo, ni historia anterior, cada país expandió sus ingresos con el soplo de la libertad. En ese grupo, en los últimos 20 años 11 países multiplicaron el PBI por habitante entre 4 y casi 8 veces, encabezados por China 7,4; Moldova 6,3; Laos 5,3; Rumania 5,1; Turkmenistan, Kazakhstan, y Vietnam 4,8; y Azerbaijan, Bulgaria y Lituania, alrededor de 4 veces. Y se suman otros 20, que lo hicieron en 1,6 y 3,8 veces.
Mientras que entre los países que liberaron actividades, los que más multiplicaron el ingreso medio por habitante desde el nivel de comienzo del siglo fueron: Myanmar y Ethiopía más de 5; entre 2 y 3 Indonesia, Kenya, Guyana, India, Ecuador, Sri Lanka, Panamá, Bolivia, Filipinas, Irlanda, Perú, Costa Rica y Paraguay.
Falsos pronósticos
En los últimos tiempos se generalizó entre economistas del oficialismo, y algunos analistas, que el Gobierno puede dominar la inflación controlando la variación del dólar oficial, articulando restricciones en el mercado de divisas, pero no advierten que toda transacción tiene las dos caras de la contabilidad. Debe y Haber. Las restricciones a la compra y venta de divisas del BCRA por parte de particulares distorsionan la oferta de bienes, servicios, activos y los precios. También todos los valores de la economía, y contribuyen a añadir corrupciones que distorsionan y contraen la economía.
La incompetencia de los políticos se advierte hasta en el cuidado sanitario, agudizando los riesgos en las actividades presenciales y producciones. El reciente aumento extraordinario de los precios internacionales de las materias primas que más exporta la Argentina debiera favorecer la generación de divisas, pero los mandones los gastarán en atraer votantes. La corrupción prevalece y se agudiza con la pobreza de información transparente.
La economía nacional podría haber aprovechado la oportunidad de esa bonanza extraordinaria de los precios internacionales y la buena disposición a conseguir créditos favorables. Pero penalizan a los inversores y prestamistas. El colmo es denunciar los créditos recibidos del FMI por demasiado generosos y de uso liberal. En tiempos de contracciones económicas, entorpecen el comercio y las actividades añadiendo obstáculos redundantes.
El Gobierno debe pagar este año unos USD 6.000 millones de vencimientos de deuda con el Club de París y FMI, y contará con la ampliación de los derechos especiales de giro, por unos USD 4.300 millones. Vencen casi USD 18.000 millones en cada uno de los próximos dos años. Amigarse y relacionarse es la receta para el crecimiento y el aumento de la capacidad de pago del país.
Fuente: Infobae