En el primer bimestre del año, el sector público nacional registró un superávit primario equivalente a 0,1 % del PIB del período, que compara con un déficit de 0,8 % del PIB en el primer bimestre de 2020. La mejora en el resultado fiscal no se produjo por menor gasto primario, ya que este subió 3,7 % interanual en moneda constante, sino por ingresos que se incrementaron 8,5 % interanual en términos reales
Las erogaciones que más aumentaron en el primer bimestre están relacionados a la inversión pública (+178% real la inversión directa y +94,5% las transferencias de capital a las provincias) y a los subsidios económicos (+32,7%), que se producen por el atraso tarifario. La mayor contracción ocurrió en Otros gastos de capital (-27,5%) y en las transferencias corrientes a provincias (-6,9%).
Si se considera el gasto primario en términos del PIB del bimestre, el observado en 2021 resulta mayor al del período 2018-2020 y menor que en 2015 y 2017. En cambio, cuando observamos la presión tributaria en proporción al PIB, la del primer bimestre de 2021 es la más alta desde 2016, sólo superada por la existente en 2015.
En lo que resta del año, resultará vital seguir la evolución del gasto público y el resultado fiscal, por su estrecha relación con la necesidad de asistencia del BCRA al Tesoro Nacional y, por ende, con la emisión monetaria, que define la tasa de inflación y las expectativas a futuro sobre la marcha de la macroeconomía en general. Por esa razón, se analiza también, de modo sumario, la situación de los distintos ítems de gasto en el primer bimestre de 2021, en comparación con igual período de 2020 y los dos primeros meses de los años 2015 y 2019.
Por Marcelo Capello y Agustín Cugno
Fuente: Fundación Mediterránea