En su discurso que previo a las reuniones de primavera del FMI y del Banco Mundial, que se desarrollarán a partir de la semana próxima, expresó que la economía mundial se encuentra en una posición más firme, y “las perspectivas divergen peligrosamente no sólo dentro de las naciones, sino también entre países y regiones”.
Según adelantó, el FMI revisará al alza sus previsiones de crecimiento mundial para este año y 2022 “en parte por el apoyo político adicional, incluido el nuevo paquete de estímulo en Estados Unidos, y en parte por la esperada recuperación impulsada por la vacuna en muchas economías avanzadas a finales de este año”. Estas previsiones se conocerán el martes próximo, durante la presentación del World Economic Outlook, el tradicional informe donde el organismo analiza el crecimiento global y de todos los países miembro.
No obstante, “la recuperación será a varias velocidades”, advirtió Georgieva, y cada vez más impulsada por dos motores, EEUU y China. En este sentido, destacó las desigualdades en el ingreso per cápita en relación con las proyecciones anteriores a la crisis, que será del 11% en las economías avanzadas para 2022. En cambio, para los países emergentes y en vías de desarrollo, excluyendo a China, la pérdida será mucho peor, de alrededor de un 20%.
Georgieva destacó los esfuerzos fiscales por alrededor de US$ 16 billones de los gobiernos para hacer frente a la pandemia, así como una inyección masiva de liquidez por parte de los bancos centrales. “Sin estas medidas sincronizadas, la contracción mundial del año pasado habría sido al menos tres veces peor”, aclaró haciendo referencia a un nuevo análisis de la institución.
En su último informe de principios de año, el organismo proyectó un crecimiento global de 5,5%, y ahora espera una mejora. “La aceleración de la recuperación trae buenas noticias en general, pero también puede crear algunos resultados menos deseados”, alertó.
En este sentido, apuntó que “una recuperación más rápida de EEUU podría causar un rápido aumento de las tasas de interés, lo que podría llevar a un fuerte endurecimiento de las condiciones financieras y a importantes salidas de capital de las economías emergentes y en desarrollo”.
Georgieva insistió en la necesidad de centrarse en salir de la crisis, es decir, hacer lo que sea necesario para aumentar la producción, la distribución y el despliegue de las vacunas, así como seguir apoyando a los hogares vulnerables y a las empresas viables. Al mismo tiempo, abogó por salvaguardar la recuperación y la promoción a “una transición más justa” de la crisis que dejó la pandemia.
El link de la fuente AQUIFuente: El Economista