Los especialistas consultados por El Economista consideran que existen muchas dificultades para acceder a un financiamiento que permita a las empresas invertir en aumentar su capacidad productiva (dificultades que ya venían en la prepandemia) y que, en general, el dinero se utiliza para mantener el capital de trabajo. También, coinciden en la necesidad de pensar en el mediano y largo plazo.
El Gobierno, a través de la banca pública y con garantías estatales vía Fogar y Fondep, puso a disposición varias líneas de crédito blandas para la reactivación productiva. También han intervenido mucho los bancos provinciales para la asistencia en un contexto difícil. Pero aún alta más.
“La prioridad hoy está puesta en los créditos para supervivencia, pero es importante tener en cuenta que cuando termine la pandemia o la actividad comience a crecer, vamos a necesitar financiamiento para aumentar nuestras inversiones y producir más”, consideró el dirigente de la Unión Industrial Argentina (UIA), Martín Rappalini, ante El Economista.
El industrial explicó que “es muy difícil” acceder a financiamiento a tasas razonables en el largo plazo, aunque ponderó las ayudas del Gobierno mediante los Repro hoy o los ATP en 2020. “La ayuda estatal fue beneficiosa, ayudó en un contexto muy malo, pero hay que enfocarse en lo que viene y la necesidad de crecimiento”, dijo.
Según la última encuesta de la UIA, mientras que el 43% del total de empresas relevadas tuvo mayor demanda de crédito, solo el 38% del total pudo acceder al monto necesitado. Esto muestra que sigue siendo acotada la posibilidad de tomar préstamos como forma de financiar el capital de trabajo y las inversiones.
“En 2020 el financiamiento productivo estuvo vinculado a la emergencia, sobre todo de parte del Estado y los bancos con regulaciones de tasas del BCRA”, comentó el economista Federico Pastrana ante El Economista. “Lo que empieza a pasar es que ahora hay que ir a una lógica de mediano y largo plazo, es decir, salir de la emergencia y financiar el crecimiento”, agrega.
Pastrana acaba de publicar un trabajo en el CEP XXI del Ministerio de Desarrollo Productivo en el que sugiere diseñar un Sistema de Banca de Desarrollo. En Argentina, escribió, “conviven un conjunto de instrumentos e instituciones de larga tradición que han perdido su potencia, experiencias exitosas que han sido desmanteladas, e importantes áreas de vacancia vinculadas a nuevos desafíos”.
Piden potenciar las opciones y el volumen del financiamiento productivo
“Es fundamental pensar en la pospandemia porque la escasez de crédito a largo
plazo es un problema estructural de Argentina”, explicó Pastrana. “La mayor
dificultad de acceso la tienen las pequeñas y medianas empresas, porque los
bancos no toman riesgos y prestan a tasas más altas que las de las grandes
compañías”, agregó.
En diálogo con El Economista, el director de Ecolatina, Nicolás Herrlein, afirmó que las grandes empresas están excluidas y que las pymes que pueden acceder a financiamiento deben ser proveedoras de grandes empresas, para que los bancos puedan ver que hay garantía de pago. “Las líneas de crédito subsidiadas por el Estado sirvieron para la supervivencia en un momento muy difícil de pandemia, sin embargo, aún hay mucha liquidez en los bancos”, añadió.
“En 2021 todavía hay un contexto de alta incertidumbre. El crédito es solamente para mantener el capital de trabajo y de muy corto plazo. El desafío este año es que el financiamiento acompañe para hacer crecer la economía”, argumentó Herrlein. “Las líneas productivas en este contexto son muy difíciles, y lo que se utiliza es para el giro habitual del día a día en las empresas”, finalizó.
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Fuente: El Economista