La actividad económica mostró hacia finales de 2020, y en estos primeros meses de 2021, signos de una recuperación más rápida de lo esperado. Algunos rubros, sobre todo industriales que producen bienes durables, superaron incluso niveles previos a la pandemia.
Escenario
En este contexto, los bienes durables como electrodomésticos, autos, motos, muebles e insumos vinculados al mantenimiento y reparación de la vivienda han venido mejorando sensiblemente, traccionando distintas ramas industriales. El trabajo destaca que si bien este “veranito” del consumo sería de corto aliento, de no mediar una corrección cambiaria abrupta la reactivación de estos sectores se extendería. “Dado que una parte de este crecimiento obedeció al adelanto de compras al exterior en vistas de una devaluación, es probable que la demanda modere su ritmo”, afirmaron.
Sectores con mejoras
Desde la consultora la construcción y el sector automotriz serán “motores de recuperación”. Para el primer rubro, la inversión pública sumada a un tipo de cambio favorable y menos restricciones del sector, además de que avanza en el Congreso la iniciativa oficial tendiente a promover las inversiones en el sector mediante incentivos fiscales y blanqueo de capitales, ayudarían a la actividad.
En cuanto al sector automotriz, crecería la participación local de autos nacionales y funcionan como reserva de valor frente a las restricciones cambiarias. “esperamos un repunte en las ventas al exterior a partir de la eliminación de las retenciones para las exportaciones que superen los niveles de 2020 y el mayor dinamismo del mercado brasilero”, añadieron.
SECTORES ATRASADOS
Los sectores más castigados por la pandemia fueron turismo, gastronomía, entretenimiento, cultura y servicios personales. “Seguramente seguirán operando por debajo de la pre-pandemia, incluso cuando la vacuna llegue masivamente a la población y las restricciones se relajen sensiblemente. Es probable que la recuperación total en estos servicios no se observe hasta, por lo menos, 2022”, aseguraron.
Desde Ecolatina proyectan que las expectativas para los productos de consumo masivo son “desfavorables”. En el principio del aislamiento, estos artículos tuvieron un “boom” de consumo, vinculado al temor y la incertidumbre. Hacia finales de año y, con la pérdida del poder adquisitivo, cayó la demanda de, por ejemplo, alimentos.
Por último, bienes de consumo semidurables, como indumentaria, textil y calzado, tampoco lograrían despegar significativamente. “En 2021, la suerte de estos segmentos seguirá condicionada por las posibilidades de recuperación del ingreso real, la normalización de los protocolos de venta al público y la menor cantidad de reuniones sociales en relación con la pre-pandemia”, sugiere el informe.
“En un año electoral, el gobierno apostará a atrasar al dólar oficial para moderar la inflación apostando a una abundante liquidación de agro-dólares y al control de cambios e importaciones. Por otro lado, el Ejecutivo apuntalaría el gasto de las familias a través de financiamiento barato, como por ejemplo el plan Ahora 12”, concluyeron desde Ecolatina.
El link de la fuente AQUIFuente: El Economista