El 30 de diciembre el Gobierno Nacional dispuso el cierre de las exportaciones de maíz, sin hablar con nadie, torpemente, atropellando, como si el Poder fuera el ejercicio bruto del que manda y no la constante búsqueda de armonizar intereses de manera inteligente y creativa.
Frente al atropello del Estado, la reacción espontánea de los productores y las entidades que los representan genuinamente, fue decretar un cese de comercialización a desarrollarse desde el lunes 11 hasta las 24 hs. del miércoles 13.
El domingo 10 de enero, a minutos del inicio del paro, en la inusual hora de las 12 de la noche el Gobierno emitió un comunicado manifestando la vuelta atrás en forma parcial de la medida y reinstalando por vía indirecta la tramitación de autorizaciones y cuotas para exportar maíz.
Hartos de la intervención de los mercados y sus nefastas consecuencias para productores y consumidores, los productores enardecieron, pidiendo la continuidad del cese y mayores medidas de acción en defensa de sus producción.
El Gobierno nunca, en estos días, recibió a CRA, y canalizó toda la gestión con el Consejo Agroindustrial Argentino, entidad mayoritariamente compuesta por el sector comercial de granos y en algunos casos con supuestos beneficiarios del cierre de exportación de maíz.
Finalmente, parece haber entendido que cometió un error grosero, que hay maíz suficiente y que cuotificar su exportación en forma diaria, es un despropósito, en consecuencia, dio marcha atrás con la medida.
Con el anuncio que suspendió la medida, se levantó el paro dispuesto.
Hubiese sido más simple y nos hubiésemos ahorrado, la zozobra, el enfrentamiento, el cese de comercialización y la pésima imagen internacional, si nos hubieses convocado y hubiésemos participado con información confiable y seria, sobre el mercado del maíz y la cobertura de existencia para el mercado local.
También queremos instar al CAA, a que no se adjudique representaciones de las que carece y no convalide en nombre de la producción primaria, cupos, permisos, cuotas o cualquier otro artilugio que genere distorsión en los mercados que deben operar por la oferta y la demanda.
El proceso inflacionario, los diferenciales cambiarios y el aumento de insumos básicos como el combustible, presagian nuevos aumentos en las distintas cadenas, bregamos para que el Gobierno haya comprendido que no es cerrando exportaciones como obtendrá resultados y que mire la historia reciente, para entender las consecuencias que ello genera.
En la Argentina del presente, necesitamos funcionarios públicos que entiendan y generen soluciones, sin agregar más problemas a los muchos, que por desgracia, ya tenemos.
Siempre estamos dispuestos a dialogar, pero para ello se necesita que nos quieran escuchar.