La crítica fundamental que se le hace desde el kirchnerismo a Cambiemos es que aumentó la deuda hasta el 95% del PBI, relación estadística que hay que tomar con pinzas porque en el ambiente de los economistas está bastante discutida. Es que esa relación divide a todo el stock de deuda que vence en años por el PBI que es el flujo de ingresos de un año en un país. Es como dividir el stock de deuda hipotecaria que vence a lo largo de 20 años por los ingresos del deudor en un año. No dice mucho.
De todas formas es cierto que la deuda pública durante el gobierno de Cambiemos aumentó en US$ 82.400 millones. El déficit fiscal financiero durante los 4 años de Cambiemos sumó, según mis cuentas, US$ 127.776 millones. En otras palabras, el aumento del endeudamiento se explica por el gradualismo para reducir el déficit fiscal.
El error de Cambiemos, entre otros, fue apostar a una reducción gradual del déficit. El error estuvo, en primer lugar, porque los intereses de la deuda crecían más que la escasa baja del gasto público que se implementó en ese período, básicamente en reducción del gasto en subsidios económicos para financiar tarifas artificialmente bajas que había dejados el kirchnerismo.
Eso lo llevó a depender del financiamiento externo que si se cortaba, como efectivamente se cortó, lo dejaba colgado del pincel. Pero, además, como la deuda había que transformarla en pesos para hacer los pagos de sueldos, subsidios, gastos, etc., el BCRA emitía pesos para dárselos al tesoro y luego absorbía parte de esos pesos colocando LEBACs, generando un arbitraje financiero que objeté oportunamente mientras que hoy, candidatos opositores al gobierno llamados libertarios, defendían la política del BCRA de endeudarse con LEBACs. Esa defensa se hizo hasta fines de 2016, un año después de haber asumido cambiemos e incluso entrado 2017.
Cambiemos recibió un stock de LELIQs más PASES de $ 300.000 millones que le dejó el kirchnerismo y le entregó un stock de pases de $ 1 billón.
Ahora bien, en este debate Cambiemos versus kirchnerismo, dos errores no hacen un bien, porque ambos cometieron los mismos errores. El problema más grave es el aumento del 50% del gasto público consolidado que hizo el kirchnerismo en sus 12 años anteriores de gobierno haciendo infinanciable ese incremento.
Gráfico 1
El kirchnerismo se defiende de la fenomenal suba del stock de LELIQs más PASES NETOS que, al momento de redactar estas líneas, llega a los $ 2,6 billones, es decir el kirchnerismo multiplicó por 2,6 el stock de “timba” financiera que le criticaba a Cambiemos. El argumento es que tuvieron la pandemia que los llevó a tener un déficit fiscal más grande más la herencia recibida de Cambiemos.
Sin embargo, de acuerdo a los datos oficiales, el kirchnerismo recibió de Duhalde un superávit financiero de 0,29% del PBI en 2003 y llegó a tener 2,08% de superávit financiero en 2004 gracias al precio de la soja y la licuación del gasto hecha por Duhalde más el default de 2001 declarado por Rodríguez Saá que redujo el pago de los intereses de la deuda.
Pero de ese superávit fiscal de 2,08% del PBI, terminó con un déficit fiscal financiero de 6,28% del PBI. O sea que el kirchnerismo tuvo un recorrido de deterioro fiscal sin pandemia de 8,36 puntos del PBI. Aun con viento a favor de la soja, hicieron un destrozo fiscal fenomenal por las políticas populistas de aumento del gasto público de ese período.
Es cierto que el kirchnerismo no recurrió al endeudamiento externo para financiar el déficit fiscal que fue generando con sus políticas populistas, pero recurrió a un fuerte endeudamiento del BCRA previa expansión monetaria.
Como se recordará, esa expansión monetaria generó tal presión inflacionaria que el IPC dejó de ser confiable, así como se dejó de publicar la canasta básica alimentaria y la canasta básica total para no “estigmatizar” a los pobres.
Lo cierto es que el endeudamiento vía LEBACs que tanto critica ahora el kirchnerismo, comenzó bajo su gestión.
Gráfico 2
Como puede verse en el gráfico 2, en enero de 2004 el BCRA lanzó las LEBACs con un stock inicial de $ 10.000 millones y entregó el gobierno con un stock de LEBACs de $ 300.000 millones. Es decir, multiplicó por 30 el stock de LEBACs, lo que ellos llaman la timba financiera, en particular durante el segundo mandato de Cristina Kirchner cuando, como puede verse, la deuda en LEBACs se disparó pasando de unos $ 100.000 millones a los mencionados $ 300.000 millones.
Cambiemos recibió un stock de $ 300.000 y terminó entregando un stock de LELIQs y PASES de $ 1 billón. Y el kirchnerismo recibió un stock de $ 1 billón de LELIQs y PASES de Cambiemos y ahora está en un nivel de $ 2,6 billones.
Gráfico 3
El gráfico 3 muestra la evolución de la base monetaria y del stock de LELIQs y PASES hasta noviembre, en este cuarto mandato del kirchnerismo. Como puede verse, la deuda del BCRA, “timba financiera”, crece más rápido que la base monetaria. El gobierno se financia en parte con emisión monetaria y en mayor medida con deuda del BCRA que será emisión futura o confiscación de depósitos de producirse una corrida financiera.
Mientras la base monetaria creció el 36,7% en el período diciembre 2019 y noviembre 2020, en línea con la inflación, la deuda del BCRA aumentó el 117%.
En síntesis, no es que ahora el kirchnerismo tiene un problema fiscal por la pandemia, porque cuando no hubo pandemia también hizo un verdadero destrozo fiscal y llegó a multiplicar por 30 el stock de LEBACs a pesar de tener el viento a favor de la soja. Eso llevó el gasto público consolidado a aumentar un 50%, nivel que ni Cambiemos ni el kirchnerismo se animaron a solucionar. De manera que si bien Cambiemos no puede mostrar prolijidad en el manejo de las cuentas públicas y menos en el manejo monetario, el kirchnerismo fue mucho más desprolijo en el manejo fiscal y horrible en el manejo monetario. Antes de la pandemia y con la pandemia.
En definitiva, la pandemia no es excusa del desmanejo fiscal y monetario.
Fuente: Economía para Todos