En lo que va del 2020, 18 impuestos impactaron e impactarán significativamente sobre la inversión productiva aumentando un contexto de extrema dificultad para el sector productivo. Del total 8 se cobrarán a partir de 2021.


Entre los más destacados está el Impuesto País que desde su creación y hasta el mes de octubre recaudó $118.996 millones representando el 2,24% de lo recaudado en el 2020. Por su parte Bienes personales, de enero a octubre de 2020 recaudó 557% más ($161.579 millones) que en enero octubre del 2019 ($24.569 millones).

Sobre este tema Agustín Etchebarne, Director General en la Fundación Libertad y Progreso consideró que “la dirigencia política no comprende que la crisis económica es terminal. Y que se debe al enorme peso del estado que agobia al sector privado; incrementando o creando nuevos impuestos” y destacó que “la Ciudad de Buenos Aires buscó suplir el punto de coparticipación con más impuestos”.

Sobre el impuesto a la riqueza Etchebarne advirtió que “incrementa un éxodo de capitales y capitalistas que redundará en menos empleos; menores salarios y mayor pobreza”.

Desde este año comenzaron a recaudar o se incrementaron: Impuesto PAIS; Aumento de Bienes Personales; Suba de costos laborales; Impuesto a las ganancias a las sociedades (Se suspendió la baja del 30% al 25%); Suba de impuesto al cheque; Retenciones a las exportaciones; Ajuste por inflación (pasó de ser trimestral a ser semestral); Percepción de ganancias a la compra de dólares; Impuesto a la Riqueza e Impuesto al viento.

A partir de 2021 comenzarán a regir: Suba de Impuestos Internos a electrónicos; Fondo de Incentivo Docente; Suba del impuesto a las apuestas online; Contribución sobre las primas de seguros automotores; Contribución sobre las primas de seguros para el manejo del fuego; Impuesto a los sellos para Tarjetas de Crédito (CABA); Suspensión a la exención de IIBB para Pases y Leliqs (CABA); Ajuste por inflación del ABL (CABA).

Diego Piccardo, Economista en la Fundación Libertad y Progreso opinó que "en una economía que ya venía de una crisis muy fuerte, lo que necesitan las empresas es que se le alivie la carga impositiva para que puedan dedicarse a lo importante: Producir y generar empleo genuino. Con semejante peso sobre sus hombros, el Estado los empuja a la quiebra o a la informalidad. Sumado a que durante este año se obligó a los negocios a cerrar por unos meses, se le suman nuevos impuestos para pagar con el único fin de mantener una estructura estatal ineficiente que es parte del problema actual en Argentina".

La gran mayoría de los países del mundo aplicó una reducción de la carga impositiva para que las empresas puedan mantenerse a flote en este duro momento. Argentina merece y debe afrontar un plan sistematizado de reformas estructurales que la saquen de la decadencia y permita encaminarla a un sendero virtuoso.

Fuente: Libertad y Progreso