Está claro que desde abril, es decir a pocos días de la implementación de diferentes medidas de gobierno en casi todos los países, el precio de la soja ha seguido un camino ascendente.
La lucha contra la pandemia parece tener una relación con el precio de los commodities, y claramente con el de la soja. Veamos.
Frente a la desesperante situación, los gobiernos han venido aplicando políticas asistencialistas y de generación de empleo. Y para ello han debido recurrir a la financiación mediantes fuertes aumentos en la emisión de dinero.
El caso de EE.UU. es muy visible. Antes de la pandemia, se estimaba un déficit fiscal anual cercano al 1 billón de dólares. Pero ahora, tal estimación se aproxima 3,5 billones. ¡Tres veces y medio!
Por tal acentuada expansión monetaria, los precios de los activos han evolucionado en suba.
La pérdida de valor del dólar se advierte en un aumento de los precios de los activos tangibles, es decir en las materias primas, en lugar de los de los bienes de consumo.
Al menos por ahora, la inflación interna de EE.UU. no se ha verificado muy visiblemente. Ha crecido, pero no tanto.
El cobre es un claro ejemplo de ello. Miremos la evolución de su precio en dólares, desde abril a hoy.
Pero además, el dólar viene perdiendo posición frente a las principales divisas.
El índice dólar, que mide el valor del dólar en relación a una canasta de monedas, está hoy por hoy en el nivel más bajo, de los últimos dos años.
Por ello, los grandes fondos de inversión vienen abandonando el dólar para dirigirse a diferentes activos, como el cobre y el oro, en incluso la soja. Y, también, a otras monedas como el euro.
Cuando el dólar se debilita, mejora el euro y muchas otras monedas.
El gráfico que sigue nos muestra la suba del euro en relación al dólar desde abril a la fecha.
Los inversores consideran como escenario más factible al de un aumento, aún mayor, de los precios y de la debilidad del dólar, por la posible elección como presidente de Joe Biden.
Con el dólar debilitado, la importación de commodities agrícolas, como la soja, resulta más accesible. Y, además, por la pérdida de valor del dólar en un cuadro de tasas de interés muy bajas, los fondos tienden a dirigirse a bienes tangibles.
Por ello, las carteras de inversión muestran rebalanceo, donde se nota la preferencia por los activos representativos de commodities agrícolas.
Si a lo analizado acá, le incorporamos los problemas de humedad que sufre Brasil, Paraguay y nuestro país y además tomamos en cuenta el “redespertar” chino, en un mundo con stocks reducidos, la conclusión debería ser que, al menos, los precios de la soja, se mantengan en la firmeza actual.