Con motivo del Día Internacional de las Mujeres Rurales, que se celebra hoy 15 de octubre, 28 organizaciones y entidades públicas, privadas y multilaterales hicieron un llamado a empoderar económicamente a las mujeres para revertir el alza de la pobreza y el hambre debido al impacto de la pandemia en América Latina y el Caribe.
Según la CEPAL, la pobreza extrema en zonas rurales podría alcanzar el 42%, una cifra completamente inédita. De acuerdo con estas estimaciones, 10 millones de habitantes rurales –de los cuales casi 6 millones son mujeres– podrían entrar a una situación donde los ingresos no son suficientes siquiera para cubrir necesidades alimentarias básicas.
Durante la pandemia, las mujeres rurales, indígenas y afrodescendientes que trabajan en el mundo rural continuaron sus labores para responder a la demanda de alimentos en las ciudades, en las comunidades rurales y en sus propias familias.
Sin embargo, realizan sus actividades productivas enfrentando desigualdades como el trabajo informal, la sobrecarga de labores domésticas no remuneradas, la dificultad para acceder a recursos productivos como la tierra, el agua, insumos agrícolas, financiamiento, seguros y capacitación.
También enfrentan barreras para comercializar sus productos en los mercados, además del incremento de la violencia de género que se ha visto durante la pandemia en los países de la región.
Por eso las 28 organizaciones que impulsan la campaña #MujeresRurales, mujeres con derechos, llaman a promover la autonomía económica de las mujeres rurales, indígenas y afrodescendientes, mediante el desarrollo de regulaciones, políticas y programas que les permitan acceder de manera equitativa a recursos productivos, a la protección social, a la capacitación y, sobre todo, volviéndolas parte activa en las decisiones que afectan su futuro, el de sus familias y comunidades, durante la recuperación post-pademia.
Una recuperación de la mano de las mujeres rurales
Según la FAO, el actual contexto demanda una enérgica reacción política, estatal, intersectorial y de la cooperación al desarrollo, a partir de la cual la región ha de ser capaz de responder a la urgencia y, al mismo tiempo, avanzar hacia un ejercicio igualitario de los derechos de mujeres y hombres, como única vía para transformarnos en sociedades más equitativas y resilientes.
Para que las estrategias de recuperación pospandemia sean efectivas, junto a las mujeres rurales, es necesario:
Valorar e incluir el enfoque de género como un elemento fundamental en las
estrategias de respuesta a la pandemia.
Garantizar diagnósticos desagregados por sexo, edad, grupo étnico, ubicación
geográfica y modalidad de empleo, que permitan estimar en mayor medida la
vulnerabilidad de las poblaciones rurales.
Potenciar la cobertura de los programas y proyectos de seguridad alimentaria
y nutricional, a fin de atender las necesidades alimentarias urgentes de los
sectores más vulnerables.
Impulsar la articulación de programas productivos, de protección social y de
fortalecimiento de capacidades orientados a la agricultura de pequeña escala.
Invertir en el liderazgo de las mujeres e involucrarlas en las estrategias de
respuesta.
Considerar como un pilar prioritario de la reactivación económica a la
instalación de sistemas de cuidado, educación, alimentación escolar y reducción
de la violencia de género.
Activar circuitos locales de abastecimiento y comercialización de alimentos y
promover la inclusión de las mujeres productoras.
Promover acciones conjuntas con el sector privado, a fin de desarrollar
programas que garanticen su acceso al empleo decente y la protección social.
Datos recientes de interés
De acuerdo con proyecciones recientes de la CEPAL, 6 millones de mujeres rurales podrían caer en la pobreza extrema.
8,4% de las mujeres de América Latina y el Caribe experimentan inseguridad alimentaria severa, en comparación con el 6,9% de los hombres (FAO, 2018).
37 países y territorios de la región han cerrado sus escuelas, lo que implica que al menos 113 millones de niñas, niños y adolescentes se encuentran en sus casas, necesitados de 24 horas diarias de atención (UNESCO, 2020).
Cerca de 85 millones de niños y niñas de edad escolar primaria dejarían de recibir alimentos en las escuelas, recalcando que, para 10 millones de ellos, la comida de la alimentación escolar era quizás el único medio para una alimentación saludable (FAO, 2020).
Las tareas de cuidado de niños y niñas tradicionalmente recaen en las mujeres, quienes tienen a su cargo el 76,2% de todas las horas del trabajo de cuidado no remunerado, más de tres veces de las que son responsables los hombres. (Wenham, Smith y Morgan, 2020).
Las tensiones dentro del hogar asociadas a la obligación de quedarse en casa
están aumentando el riesgo de violencia de género para mujeres y niñas, como ya
se ha documentado en varios países de la región (ONU Mujeres, 2020).
Organizaciones que conforman la campaña #Mujeres rurales, mujeres con derechos
Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura –
FAO
Alto Comisionado de las Naciones Unidas sobre Derechos Humanos – ONU Derechos
Humanos
Banco Mundial
CEPAL
Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola – FIDA
ONU Mujeres
Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial – ONUDI
Organización Internacional para las Migraciones – OIM
Programa Mundial de Alimentos – WFP
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo – PNUD
Alianza de Cónyuges de Jefes de Estado y Representantes
Reunión Especializada de Agricultura Familiar del Mercosur
Sistema de la Integración Centroamericana
Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura – IICA
Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias – IFPRI
Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural – RIMISP
Observatorio del Derecho a la Alimentación en América Latina y el Caribe – ODA
Consejo Indígena de Centro América – CICA
Enlace Continental de Mujeres Indígenas de las Américas, Región Centroamérica –
ECMIA
Movimiento Agroecológico de América Latina y el Caribe – MAELA
Fundación Microfinanzas BBVA
Frente Parlamentario contra el Hambre de América Latina y el Caribe
Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria – Argentina
Secretaria de Agricultura Familiar e Cooperativismo – Brasil
Fundación Promoción y Desarrollo de la Mujer – Chile
Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura – Chile
Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas – México
Ministerio de Ganadería, Pesca y Agricultura – Uruguay