Aunque hasta hace unos días el Gobierno seguía negando que impondría más restricciones a la compra de la divisa extranjera, los analistas del mercado venían anticipando desde hace varias semanas que las autoridades de la entidad monetaria tomarían alguna decisión al respecto, teniendo en cuenta la creciente pérdida de las reservas internacionales que se viene registrando desde hace varios meses, cuyo ritmo se torna insostenible.
El BCRA, además de limitar el cupo mensual incluyendo en él los consumos en dólares en tarjetas, dispuso incrementar el recargo sobre la compra de dólares: además del impuesto PAIS del 30% que implementó el Gobierno desde diciembre, ahora suma un recargo adicional de 35% que corre por cuenta de Ganancias. Así, el recargo sobre la compra de dólares para ahorro es de 65%, por lo que la cotización del dólar “solidario” saltó de $103 a $131, aproximadamente.
Durante la jornada de ayer ocurrió lo que se esperaba: el dólar “blue” tomó distancia de la nueva cotización oficial y saltó de $130 a $145 (llegó a tocar los $150). El dólar MEP aumentó 4,5% y se ubicó en $127, mientras que el “contado con liqui” tuvo una suba de 2,8% y cerró en $132. Las acciones de las empresas argentinas que cotizan en Wall Street cayeron hasta 11% y el riesgo país ascendió 5,9% y se ubicó en 1.185 puntos. No obstante, el BCRA estuvo interviniendo con bonos sobre los paralelos, vendiendo a paridades muy bajas, según fuentes del mercado.
“Obviamente, la medida del BCRA fue una mala decisión. Le está pegando duro a muchas cosas. Y esto va a aumentar la brecha cambiaria. No sabemos si hoy, mañana o dentro de un mes, pero la brecha va a ir para arriba seguramente. Incluso, hoy (por ayer) hubo una mala colocación de deuda en pesos, luego de venir de muy buenas colocaciones, lo cual también es producto de esta medida”, afirmó el analista financiero Christian Buteler en diálogo con El Economista.
Otra de las medidas que dispuso la entidad monetaria fue limitar el acceso de
dólares para el pago de deuda por parte de las empresas. El BCRA determinó que
las compañías locales podrán adquirir hasta el 40% de lo adeudado y el resto
deberán renegociarlo, lo cual complica aún más la situación de las empresas y
empeora el escenario para las inversiones futuras. “Se trata claramente de la
medida más objetable de todo lo anunciado”, consideró la financiera Cohen.
“Esto deja a las empresas condenadas a caer en default. Les va a afectar su historial crediticio y su capacidad para conseguir financiamiento. Esto es malo para ahora y para adelante. Las empresas van a tener que salir a buscar dólares afuera o mediante el dólar MEP para poder pagar, si no quieren caer en default. Desde el punto de vista de pagar sus deudas, las empresas verán un daño significativo. También podrían reestructurar, pero para eso antes las van a hacer entrar en default o algo parecido”, indicó ante El Economista Gabriel Caamaño, director de la consultora Ledesma.
Ante este escenario, Caamaño prevé que seguirá la incertidumbre. “Se acaba de confirmar una expectativa muy negativa. Las declaraciones posteriores del presidente Alberto Fernández no ayudaron en ese sentido. Esas declaraciones no alientan a unas buenas expectativas. Por lo tanto, las perspectivas no son buenas. La incertidumbre va a seguir complicando en el corto plazo. Habrá que ver si aparece alguna buena noticia o algún evento positivo a nivel externo que ayude a compensar un poco y traiga algo de calma”, agregó.
Buteler afirma también que esta medida complicará muchísimo a las empresas. En este contexto, sostiene, será muy difícil renegociar: los acreedores de estas compañías verán que ahora sólo podrán pagar el 40% de lo correspondiente y, en caso de renegociar, no saben si después el Gobierno les vuelve a cambiar las reglas y dentro de unos meses las empresas no les puedan pagar absolutamente nada.
En ese sentido, remarcó también que son medidas que no generan confianza. “Van a tener repercusión en los dólares paralelos, más allá de la intervención que pueda llegar a hacer el BCRA vendiendo bonos, con lo cual obtendría bajas parciales. Esto al principio puede generar un drenaje menor de los dólares, porque hay menos gente que puede comprar, pero obviamente cierra más el ingreso. Los cepos siempre son más efectivos para trabar el ingreso de dinero que para frenar la salida”, aseguró.
Fuente: El Economista