En un país con una carencia estructural de divisas, los resultados de la balanza comercial son vitales.

Este año, para el país, viene peor de lo que nadie podía pensar. Un análisis somero sobre el primer semestre, con datos oficiales, lo confirma.

Es cierto que el saldo de la balanza comercial ha mejorado. Pero lo ha hecho por un elemento negativo: una pronunciada baja en las importaciones, derivada de la recesión imperante, con una visible (dramática) caída en las exportaciones.

La baja en el valor de las exportaciones es un dato alarmante. Pero fíjense ustedes: mientras en los demás sectores cayeron, en los agrícolas mejoraron. ¿Quién viene a salvar el pellejo del país? Nuevamente, el agro.

En las exportaciones, el más “pior” ha sido el sector de las Manufacturas de Origen Industrial (MOI) con una baja del 35%.

Por el contrario, el que mejor comportamiento ha tenido es el de Productos Primarios que no bajó sino que subió.

Allí se destaca la soja y el maíz. Ambos productos lograron incrementar las exportaciones por un monto de casi 960 millones de dólares. El caso de sus derivados, lamentablemente, por las políticas cíclicas, revelan datos negativos.

Vale detenerse en la soja y el maíz, porque los precios vienen en aumento en el mercado global. El reporte del USDA ha disparado nuevos bríos.

Se esperaba una baja en la estimación productiva de EE.UU. para la soja. Y ella se cumplió, aunque no en la proporción aguardada.

Efectivamente, el Organismo redujo su predicción sobre la producción para la campaña 2020/21. Las estimaciones privadas hablaban de 116,60 millones de toneladas y el USDA finalmente calculó 117,40 millones.

Pero respecto a las existencias finales para este país, el USDA fue más pesimista.

Los stocks finales, en EE.UU. por debajo de lo esperado, han traído al mercado un soporte para los precios de la soja.

Mientras que estimaciones privadas de los stocks finales (20/21), muestran una reducción del 13,8%, las del USDA muestran una baja del 14,4%. Este es un dato alentador para los precios de la soja.

En fin, los números publicados revelan la gravedad de los daños causados por la tormenta "derecho" en la primera mitad de agosto y a la persistente sequía en el Medio Oeste.

El precio internacional de la soja se encuentra promovido por nuevas compras de China recientemente anunciadas.

Respecto al maíz, las perspectivas, si bien resultan interesantes en términos de precios, no lo son tanto.

El maíz todavía tiene algo de paño para el alza, apuntalado por las subas en el precio de la soja, y por el recorte en la estimación productiva para la campaña estadounidense en el informe del USDA.

El dato significativo viene de la producción en EE.UU. Los daños a la producción por el clima adverso son claramente negativos.

El informe mostró una merma de 9,4 millones de toneladas.

Ello implica una producción de 378,5 millones. Este volumen está un poco por encima de lo estimado en forma privada, que era de 378,4 millones. Prácticamente, nada.

El cuadro, hasta el momento es favorable. Pero, a no engolosinarse. Las cosas no siguen siempre el mismo derrotero.

En el horizonte, asoma el fantasma de las tomas de ganancias.