Aumentar la inclusión financiera es importante para que las personas puedan generarse un historial crediticio positivo que, entre otras ventajas, les permita acceder a productos financieros que le faciliten la vida.
El historial crediticio registra todas las actividades financieras de las personas, como los pagos que vayan haciendo de los servicios y productos financieros que contrataron. ¿Y por qué es importante? Porque es la “carta de presentación” que puede darte acceso a nuevos productos financieros: por ejemplo, podría generar que una entidad financiera te ofrezca una tarjeta de crédito o un préstamo.
En el caso de los créditos, un buen historial crediticio puede permitirte acceder a ellos en mejores condiciones, con montos y plazos más altos y menores tasas. Esto es algo muy importante, por ejemplo, si alguna vez planeás hacer compras importantes, como un auto o una casa, y no tenés fondos suficientes para hacerlo.
¿Cómo tener un buen historial crediticio?
Un buen historial crediticio se genera con los pagos a término que vayas haciendo de los productos financieros que tengas, como una tarjeta de crédito o un préstamo (personal, hipotecario, etc.). Pero también incluye mantenerse al día con los abonos de los servicios mensuales que contrates, como telefonía, televisión por cable o Internet. Una buena estrategia, si tenés tarjeta de crédito, es pagar los servicios por débito automático, ya que así podrás ganar buena reputación financiera por partida doble: tanto por pagarle a término al emisor de la tarjeta como al proveedor del servicio.
Para mantener saludable tu historial crediticio es importante que siempre
seas ordenado en el manejo de tus finanzas personales, para lo cual te
aconsejamos:
- Llevar un buen control de tus gastos. Siempre es recomendable ir anotándolos para poder clasificarlos: ver cuáles pueden eventualmente reducirse y que las deudas que vayas a asumir no consuman más del 30% de tus ingresos. Y sobre todo, es muy importante que siempre intentes pagar a tiempo todas tus cuentas.
- Si querés sacar algún crédito, es recomendable que compares los plazos, costos y beneficios adicionales que te ofrece cada entidad, además de considerar los “costos ocultos” por mantenimiento de cuentas o paquetes que pueden quedar activos luego de cancelado el préstamo. Luego de esto, calculá cuál será tu capacidad de afrontar el compromiso, según las fechas de pago futuras. Si ya tenés préstamos anteriores, es aconsejable primero que termines de cancelarlos.
- Para evitar problemas, siempre aseguráte que los créditos que solicités sean de entidades financieras formales y con buena reputación, algo que puede rastrearse fácilmente por la web.
- En el caso de las tarjetas de crédito, es aconsejable que evites hacer los pagos mínimos, cuyos intereses pueden terminar generando “una bola de nieve” en el total de la deuda.
- Si estás atrasado en algún pago o estás por hacerlo, es fundamental que te contactes inmediatamente con la entidad financiera para negociar una reestructuración del préstamo. Igual que vos, la entidad no tiene interés en que la deuda se convierta en un problema, así que siempre es aconsejable contactarse.
Cada tanto es conveniente también que revises tu historial crediticio para chequear que se mantenga saludable. Una forma de acceder a él es en la página del Veraz, donde podrás consultarlo gratuitamente cada seis meses (si lo necesitás antes, es arancelado). Además de la web, podés pedirlo telefónicamente al (011) 5352-4800, elegir la opción de “Solicitar un reporte gratuito”, dar algunos datos, y validar tu identidad por PIN o SMS.
Por otra parte, podés consultar también tu historial crediticio en la Central de Deudores del Banco Central, ingresando tu CUIT, CUIL o CDI, o en “Mi Nosis”.
Fuente: El Economista