Sequía, calor y fuertes heladas
La falta de agua es la más grave de los últimos 10 años hasta el momento. En sólo un mes, la superficie de lotes trigueros en condiciones regulares a malos se duplicó, calculándose en 2 millones de hectáreas. La clasificación semanal de humedad del suelo a nivel nacional marca una situación de déficit hídrico que supera a la del 12 de agosto del 2010, aunque no es tan grave como la observada en el 2009.
Aparte, falta agua en las regiones productivas que menos probabilidades tienen de recibir agua. La distribución de las lluvias invernales privilegia el este, tal como viene sucediendo. También son las áreas que menos tiempo tienen para esperar el regreso de las lluvias: en el norte de Córdoba el cultivo está empezando a encañar. Los lotes del noroeste argentino en las provincias de Jujuy y Salta están comenzando la espigazón. El cultivo está más adelantado que en otros años por los fuertes ingresos de aire caliente y, lamentablemente, se estos se intercalan con heladas, otro efecto que sigue deteriorando la condición del cultivo. Hace una semana en la franja central hubo temperaturas máximas de 30 a 34 °C y en este miércoles 12 se produjo un nuevo ingreso frío por el cual se registraron temperaturas de -4 a -7°C en el centro del país.
La siembra cubriría 6,5 M ha frente a 7 M ha de intención en mayo
Mientras se tratan de sembrar las últimas 200.000 ha en el sur de Buenos Aires y La Pampa, hay un nuevo ajuste negativo de área —100.000 ha— en el norte y oeste del país. Hasta hace un mes se esperaba alcanzar a cubrir 6,6 M ha y se advertía del difícil panorama climático. Sin ninguna señal a favor de lluvias en julio y en lo que va de agosto en las áreas mediterráneas, la superficie final del cereal en Argentina se estima en 6,5 M ha, 4% menos que hace un año. Lamentablemente, también siguen pendientes y en dudas muchas aplicaciones de fertilización nitrogenada. En el oeste, como en Córdoba, muchos lotes empiezan a generar dudas y se considera si no conviene secarlos y darles otro destino. En este contexto, el horizonte productivo que prometía el trigo al principio de la campaña, de 21 a 22 Mt, se lo estima en 18 a 19 Mt en este informe.
Estimación de la siembra triguera en las provincias
Córdoba cae 340.000 ha al compararla con el ciclo 2019/20, siendo la de mayor descenso (22%) con respecto al año pasado.
En este año, el norte argentino implantó 190.000 ha menos de trigo.
Buenos Aires, pese al crecimiento de 6% respecto del año pasado (170.000 ha más), fue cayendo respecto de los planes iniciales. Hay que considerar que en esta provincia hay hectareaje pendiente de siembra: 150.000 ha en el sur bonaerense, con dudas respecto de su concreción. Hubo lluvias por encima de las medias en el último mes, lo que se traduce en excesos sobre el sur de la provincia. El tiempo húmedo y la baja demanda atmosférica propia de esta época pueden terminar resignando más hectáreas a la siembra del cereal.
La falta de agua es una pésima señal para el maíz 2020/21
Un mes atrás se señalaba un gran temor al clima. Ahora hay una seria preocupación. La siembra está en tiempo de descuento, solo faltan quince días para comenzar las labores. En las zonas afectadas por la falta de agua, para sembrar se necesitan desde 30 mm, y van creciendo hacia el oeste, hasta poco más de 100 mm. Falta agua en los primeros 50 cm del suelo, pero las reservas son insuficientes en el perfil en profundidad. Y las napas también están más bajas que el año pasado. Claro que hay que exceptuar algunas zonas del este, en especial Buenos Aires. Estar en el mes previo a la siembra de maíz con esta falta de agua es arrancar de la peor manera. Pero, más allá de las dudas y los recortes de área, la decisión de hacer maíz continúa firme. Tras el récord de siembra que marcó la campaña 2019/20, se estima la superficie en 6,75 M ha, con una caída interanual de 7%. Teniendo en cuenta que para grano comercial se cosecharían 6,3 M ha, el volumen de la nueva campaña podría ser de 51 Mt de maíz.
Sin dudas, es un gran desafío llevar a cabo semejante nivel de siembra. Lo que suceda con las lluvias del cambio de estación será fundamental para mantener este nivel de siembra.
En estas condiciones puede haber cambios: área que pase a sembrarse más tarde, o decisiones de pasar a soja o incluso a sorgo, como ya empieza a verse en zonas de menor potencial de rinde. Por ahora escapa de lo previsible, pero es innegable la preocupación.
Comenzar el ciclo de granos gruesos con una deuda tan grande de milímetros y con pocas chances de recuperar el estado hídrico de los suelos en las semanas que siguen es una mala noticia para el sector