Si bien los efectos de la crisis causada por el Covid-19 son dispares según cada sector y región del país, la industria pasó de caer 26,2% interanual en mayo a 6,6% en junio, cuando la estimación del CEP en base al consumo de energía sugería una baja del 14% para ese mes, lo que puso de manifiesto un resultado mejor al esperado.
“Hay varias explicaciones posibles y complementarias para este fenómeno. En primer lugar, parte de la recuperación se debe a la recomposición de stocks tras el parate de abril y parte de mayo”, remarcó el informe.
Estos datos de recuperación de la actividad industrial se confirman con otros índices de julio: la producción automotriz, que había caído al 34% interanual en junio, se ubicó prácticamente en niveles prepandemia en julio (-1,5% interanual); y el Índice Construya, que toma la actividad de las principales empresas productoras de materiales para la construcción, experimentó un alza interanual del 13,6% en julio y se ubicó en el mayor nivel desde abril de 2018.
Además, el consumo de energía en la industria proporcionado por Cammesa, tras estancarse en la primera quincena de julio (período que coincidió con un aislamiento más estricto en el AMBA), repuntó nuevamente a partir del 20 de julio y habría vuelto a los niveles prepandemia, incluso con una expansión del 2,5% interanual.
Por su parte, las ventas a través del plan Ahora12 mostraron un crecimiento en julio respecto de junio (+8,7% a precios corrientes y +5,6% a precios constantes) y se ubicaron en niveles similares a los de la prepandemia.
“Vale apuntar que, al igual que lo ocurrido con la actividad industrial, la comercial tuvo dos momentos en julio: una merma moderada en las ventas hasta el día 20 y una gradual recuperación desde entonces, la cual se vio fuertemente impulsada por el Hot Sale en la última semana del mes”, precisó el Ministerio de Desarrollo Productivo.
Durante la Edición del Hot Sale 2020 las ventas con Ahora12 se triplicaron
con respecto a las de un día normal, apalancadas por tecnología, muebles,
indumentaria e incluso turismo. Esa promoción tuvo un impacto particular en el
AMBA donde la actividad comercial venía más rezagada que en el resto del país.
Por otro lado, los sectores que más se expandieron en junio en ventas reales fueron los ligados al agro, al hogar, a los nuevos patrones de movilidad urbana (la mitad de las empresas fabricantes de bicicletas registró alzas reales superiores al 37,1% interanual) o a las demandas ligadas a la pandemia (como equipo médico y jabones y detergentes).
A la inversa, los sectores industriales más castigados por la pandemia fueron, sobre todo, la fabricación de cerveza y café, en los que más de la mitad de las firmas registró bajas mayores al 88,8% y al 57,3% respectivamente. También se destacaron los ligados al calzado, los productos de cuero y talabartería, los artículos deportivos, los insumos para el turismo, ciertos alimentos que dependen de la circulación callejera y el trabajo en oficina (como panadería) o de los restaurantes (como los jugos o frutas deshidratadas).
Respecto a las secuelas de la pandemia, el informe agregó: “El Covid-19 ha generado profundas consecuencias negativas en la mayoría de los países; una de ellas es la destrucción de empleos y la consiguiente suba de la desocupación”.
Entre febrero y mayo, en Argentina se perdieron 154.000 empleos asalariados formales en el sector privado, una caída del 2,5%, la mayor desde 2002. Casi toda esa contracción se produjo en marzo (-0,7%) y abril (-1,7%), mientras que mayo mostró una virtual estabilización (-0,1%).
Fuente: El Economista