Un trabajo del año pasado en base a datos del Banco Mundial, muestra que Argentina fue el país que más tiempo estuvo en recesión entre 1961 y 2018. Estuvo en recesión 22 años de los 57 años considerados, es decir, aproximadamente el 39% de esos 57 años estuvo en recesión.
Por otro lado, el gráfico muestra que Argentina lideró el ranking de países más tiempo en recesión en el período comprendido. Le siguen en orden de importancia la República Democrática del Congo con 20 años en recesión, Zambia, Haití, Chad y Burundi con 17 años cada uno y Guyana con 16 años.
Gráfico 1
Este dato genera el disparador para remontarse a datos más antiguos en base a las estadísticas de la Fundación Norte y Sur. Si se toma desde 1880 hasta el 2003, iniciando en 1880 porque es el año en que se coincide que se logra la consolidación nacional, se pueden hacer cortes históricos que, como tales, pueden ser discutibles y para el debate, pero sirven para ubicar diferentes reglas de juego. En esta nota se toma 1880-1916 que fue el período en que gobernó lo que se conoce como la generación del 80 o el Partico Autonomista Nacional.
Luego viene el corte entre 1916 y 1945 en que gobiernan radicales, militares y conservadores. El otro corte es el que corresponde a los dos primeros gobiernos de Perón, luego de 1955 a 2003 y ahí corto para luego analizar por tasas de crecimiento.
CUADRO 2
Como puede verse en el cuadro 2, el porcentaje de años en recesión va creciendo a los largo del siglo en estrecha relación con el abandono de las políticas que inspiraron la Constitución de 1853/60 y a medida que el estado fue adquiriendo mayor intervención en la economía y el populismo fue tomando cada vez más fuerza.
Pero el cuadro 2 muestra otro dato interesante, en la medida que Argentina estuvo más abierta al mundo, tuvo menos impactos recesivos y en la medida en que fuimos al modelo de sustitución de importaciones y vivir con lo nuestro, el tiempo de recesión de cada período aumenta, lo cual parece desmentir que una economía argentina abierta al mundo es más frágil a los problemas internacionales. Podría decirse que al aislarnos del mundo tuvimos más impactos recesivos.
Gráfico 1
El gráfico 1 muestra claramente que entre 1900 y mediados del siglo pasado, las exportaciones argentinas representaron entre el 2 y el 3 por ciento del total de las exportaciones mundiales. A partir del momento que nos cerramos al mundo y pretendimos vivir con lo nuestro, la participación de las exportaciones argentinas sobre las exportaciones mundiales bajó hasta representar actualmente el 0,3% del total.
Obviamente la inseguridad jurídica, la falta de moneda, de crédito y el apuntar a un mercado interno hicieron que bajara la tasa de inversión en relación al PBI.
Gráfico 2
La inversión que es la clave del crecimiento económico. El gráfico 2 muestra la Inversión Bruta Interna Fija con relación al PBI. Durante el período de la generación del 80 se ubicaba en un piso del 20% y un techo del 40, con años en que lo superó. Luego, con la Gran Guerra se frena la inversión para recuperarse por un tiempo, pero posteriormente se ubica en el rango del 10 al 20 por ciento del PBI. Cuando se observa el gráfico 2 se confirma que con la llegada del populismo y su inseguridad jurídica más el cierre de la economía, la inversión bajó a la mitad. Solo tenía que pasar el tiempo hasta que llegásemos a los niveles de pobreza, desocupación e indigencia que vivimos actualmente.
Cuadro 3
De lo todo lo anterior, no es casualidad que el período de mayor crecimiento se haya dado durante la generación del 80, hoy tan atacada o ignorada por los progresistas y populistas que quieren esconder los valores republicanos liberales que imperaron en esos años, aun con sus defectos, pero que lograron transformar un desierto en un país próspero, al punto que en 1895 y 1896 Argentina tuvo el ingreso per capita más alto del mundo de acuerdo a los datos del proyecto Angus Maddison.
Obsérvese que con el viento a favor de la soja del 2003-2016 solo se logró crecer al 2,4% anual y tener una tasa de inversión que en el mejor momento llegó al 20% del PBI, el piso de tasa de inversión que lograron las condiciones institucionales que rigieron cuando imperaba la Constitución de 1853/60. Es más, la tasa de crecimiento de la era k con el viento a favor solo logró crecer a una tasa menos de la mitad de lo que se creció entre 1880-1916 cuando rigió la republica liberal que diseñó Juan Buatista Alberdi y llevaron a la práctica hombres como Roca, Pellegrini, José Evaristo Uriburu, Quintana y Roque Saenz Peña por citar a algunos de ellos y sin olvidar a sus antecesores como Mitre, Roca y Avellaneda.
En síntesis, no solo Argentina batió récord de períodos de recesión entre 1961 y 2018 como muestra el primer gráfico, sino que la historia muestra que también batió récord de decadencia cuando se sustituyó la cultura del trabajo por la cultura de la dádiva y se decidió abandonar la incorporación al mundo y empezar a sustituir importaciones.
El camino para salir de la larga decadencia es muy claro. Lo que falta son políticos de la talla de Mitre, Sarmiento, Avellaneda, Roca, Pellegrini, Uriburu, Quintana, etc. que tuvieron estatura de estadistas y ninguno de ellos buscó la reelección, salvo Roca que fue dos veces presidente dejando pasar dos períodos antes de volver a asumir. Es decir, fue una generación que se dedicó a construir un país y, desde hace décadas, tenemos políticos que se dedican a hacer un negocio de la política y a hacer tabla rasa con los principios republicanos de la Constitución de 1853/1860 para poder implementar el negocio de la política en base al populismo clientelar.
Fuente: Economía para Todos