– ¿Qué análisis hace del año agrícola 2019/20 para la lechería?
– Ha sido un año muy raro, con una epidemia de por medio que se sumó a las dificultades del sector. El ejercicio se cerró el pasado 30 de junio y los números se van a conocer pronto. En lo general arrancamos con dificultades en la siembra de verdeos y praderas, problemas con grillos e insectos, y después por la falta de agua. Por suerte tuvimos lluvias.
– ¿Cuál es el sistema de producción que desarrolla en el campo?
– Forma parte del Grupo Conchillas que abarca la totalidad del departamento de Colonia. El 80% del predio está destinado para la lechería y el resto para algo de agricultura. Con los animales manejamos una carga bastante alta, un sistema que se basa en un 50% de alimentación con pasturas y la otra mitad con reservas y concentrados. Los niveles son altos, pero es necesario cuando se arriendan campos y los números del negocio son muy justos. Últimamente en la lechería se está produciendo con resultados demasiados apretados y te obliga a seguir aumentando la productividad.
– Considerando el escenario actual de precios para la leche remitida a las plantas, ¿cómo es el manejo para aumentar la productividad y buscar controlar los costos?
– El control de los costos ha sido una guerra en los últimos tres a cuatro años porque el precio de la leche estaba muy alto y después experimentó una baja muy importante que los costos no acompañaron, por el contrario, en algunos aspectos tendió a subir. La clave es producir más y lograr una estabilidad en el gasto. Eso es lo que se intenta constantemente en los últimos años.
– ¿Estima que el año agrícola 2019/20 va a cerrar similar al pasado o de acuerdo a las variables que mencionó el ejercicio tendrá un resultado que se ubicará por debajo?
– Esperemos que no sea negativo. Hay zonas que fueron más castigadas. En nuestra región de Colonia no estamos tan mal dentro de todo, ya que en verano y otoño tuvimos algo de agua y los cultivos forrajeros no anduvieron mal, a pesar que no rindieron lo que debían. De todos modos, considero que no vamos a estar mal. Hay otros lugares que si van a perder. Toda la franja de Florida, donde faltó mucha agua, seguramente algunos establecimientos resulten en rojo. En general estimo que estamos empatando, sobre una línea muy fina de flotación; hoy algo positivo dentro de todas las variables vivimos en pocos años.
– ¿Cómo proyecta el futuro de la lechería?
– La lechería depende mucho del tamaño del productor. Hay una lechería de subsistencia que está en manos del pequeño productor, y otra de tambos medios que es muy complicada, donde los costos, incluso para vivir, hacen difícil cerrar las cuentas. También incide si los campos son propios o se arriendan, pero el 50% de los campos que ocupa la lechería en el país son arrendados y buena parte de la ganancia de la lechería se la lleva la renta. Sin embargo, la lechería está en pie y, si bien ha caído la producción en el último tiempo, creo que está funcionando. Se trabaja mucho a futuro para seguir creciendo en productividad, tanto en lo individual como en la unión de todas las instituciones.
– ¿Qué visión tiene de la actualidad de la industria láctea?
– Es muy importante para la lechería que la industria funcione bien. En los tambos se siguió trabajando siempre, a pesar de la pandemia, y es clave que no se corten las cadenas de pago porque estamos atados a ellos. Hay que cuidar a la industria, como ellos tienen que cuidar a la producción primaria. Es un rubro donde están muy atados los sectores y es fundamental que se miren y se cuiden. Hay que funcionar todos de la mejor forma posible, con una buena integración de la cadena.
– Como empresario, ¿qué te ha aportado integrar Fucrea?
– Casi que no conozco qué es no estar en Crea. Mi vida como producto ha sido siempre formar parte del grupo, es una herencia familiar. En estos momentos poder estar integrado a un grupo da posibilidades de que otros ojos miren lo que estás haciendo, en lo productivo y lo financiero, y hagan aportes con el único interés de ayudar. Otro punto es que tenemos la obligación de llevar los números de nuestro negocio para podernos comparar, no solo en el número final, sino también en cuánto nos queda por hectárea, incluso los costos, por qué gasto tal número en energía, en personal y más. Son elementos fundamentales que hacen al negocio y se convierten relevantes en momentos que los números son muy justos.