En el mundo el escenario se va transformando, la pandemia continúa generando incertidumbre y se estima una caída del 5% en el PBI global. Sin embargo, ciertos indicadores reflejan una lenta reactivación comercial. El mercado sigue de cerca el precio del petróleo, que en su recuperación arrastra a una canasta de productos, incluidos productos agrícolas. En este contexto, EEUU concluye las labores de implantación de los cultivos de verano y estima un volumen de producción record.
Respecto el maíz, la campaña 2020/21 se presenta con niveles mundiales de producción record. En EEUU concluyó la siembra, las condiciones ambientales son favorables, la condición de los cultivos se ubica encima de los promedios históricos y la perspectiva de producción alcanza las 406 mill de t. Con este volumen, los stocks finales ascenderían a 84 mill. de t. un 60% por encima los datos de la campaña 2019/20. En este escenario, las perspectivas de precio no son favorables. Los fondos especulativos en Chicago se posicionan vendidos en su posición neta en 38 mill. de t. (acercándose a nieles record). Por delante restan los meses de julio y agosto, donde el clima definirá el potencial de rinde en EEUU. En estos meses el mercado se vuelve más volátil. La fuerte posición vendida de los fondos puede generar reacciones alcistas en los precios. Las empresas deberán estar atentas durante julio a esta volatilidad, intentando captar mejoras de precio que se reflejen la las posiciones cosecha del mercado local. Habrá que tener en cuenta que, con estos volúmenes de producción mundial, el escenario de precios no es alentador y las alzas pueden no reflejar un cambio en la tendencia de largo plazo.
En lo local las necesidades de la exportación se continúan reflejando en los precios. En un momento del año donde históricamente vemos descuentos sobre capacidad de pago, el mercado a término refleja unos 6u$s/t. sobre el FAS teórico. El sostén de estos premios refleja la fuerte actividad de la exportación, las ventas al exterior se encuentran adelantadas respecto a la campaña pasada y en línea con los volúmenes de compra. Los volúmenes de exportación publicados por INDEC se ubican en niveles record para la fecha. De continuar esta tendencia, el mercado local puede presentar un balance final ajustado y reflejar alzas sobre fin de año. De corto, la presión de cosecha de la safrinha brasilera y la cosecha de los maíces tardíos en argentina ponen un freno sobre los precios del disponible.
El escenario para la soja presenta algunas oportunidades. Los precios internacionales mejoran de la mano de la reactivación comercial. Brasil abandona los meses de mayor volumen de oferta y China mantiene activa la demanda. Las ventas semanales de EEUU también se ubican por encima de los promedios. Estos dos factores dan sostén a los valores internacionales de corto. Pensando en la nueva campaña (2020/21), EEUU va concluyendo las labores de implantación. Así como en maíz, las perspectivas productivas son alentadoras y se estiman 112 mill. de t. de producción. La diferencia con el cereal son los stocks finales proyectados. Si bien los niveles de producción se recuperan respecto al año pasado, los stocks finales se recortan a 11 mill. de t. A misma fecha del año pasado estos se estimaban 28 mill de t., lo que representa un cambio en el potencial de precios. Aún resta el climático americano y con estos números las definiciones de Sudamérica para la próxima campaña tendrán aún más peso.
En el ámbito local concluyó la cosecha con un volumen estimado de 50 mill. de t. Los compradores encuentran dificultad para originar la mercadería y ofrecen un premio sobre capacidad de pago en torno a los 9 u$s/t. Las empresas tomaron posición en forma anticipada para necesidades sobre cosecha y optan por desprenderse del maíz para cubrir necesidades de corto plazo. El pase a noviembre se ubica en 5% anualizado en dólares, debajo de los pases promedio y aún resta por comercializar el 50% de la producción. La reticencia a desprenderse de la soja puede sostener los precios en el mercado local. Para la nueva campaña, los valores de 218 u$s/t. a mayo 2021 aún se ubican por dejo de las expectativas. El mercado climático americano puede ofrecer oportunidades en los meses de julio y agosto para empezar a calzar ventas.
En referencia al trigo, el mercado internacional observa la definición de la campaña 2020/21 en el hemisferio norte, en la medida que avanzan las labores de recolección sobre los cultivos de invierno. El dato saliente del reporte de junio del USDA es la vuelta al mercado de Australia tras dos campañas fuertemente afectadas por sequía. Australia estima una producción de 26 mill. de t. con exportaciones por 17 mill. de t. Posicionándose como el principal competidor de argentina sobre los meses de cosecha.
En el marco local, la siembra avanza sobre el 71% del área, con buena condición general, salvo restricciones hídricas en zonas del oeste y norte del área productiva. La producción local se estima en 21 mill. de t. y ya se comprometió el 13% de la producción (por encima del volumen comprometido a misma fecha del año pasado). El precio de venta promedio de las empresas que optaron por cubrir la producción oscila entre los 165 y 175 u$s/t. En estos valores las relaciones de precio contra insumos son positivas y el doble cultivo trigo-soja arroja los márgenes proyectados más favorables para las principales zonas trigueras del país (conforme AgBI.com.ar).
Las empresas avanzan con las labores de recolección de los maíces tardíos y
la implantación de los cultivos de invierno. Hasta las primeras semanas de junio
se dieron bajas en los precios de ciertos insumos (fertilizantes principalmente)
y hubo disponibilidad de alternativas de financiación en pesos. Muchas empresas
aprovecharon para avanzar con las compras de insumos para la campaña 2020/21
(tanto fina como gruesa). La liquidez de cosecha y la falta de alternativas de
resguardo de valor también volcó un fluyo importante a la compra anticipada de
insumos. Hoy la interrogante se centra sobre los precios de venta para la nueva
cosecha, ya habiendo incursionado en un volumen importante de costos. Habrá que
trabajar en clarificar precios objetivo en el corto plazo y estar atentos a la
volatilidad que se suele dar en julio para comenzar a formar precio de la nueva
campaña.
Por Jeremias Battistoni. Analistas de AZ Group
Fuente: Centro de Gestión Agropecuaria