Los precios de la soja desde el último comentario han experimentado una leve mejora en el mercado global.

El clima en EE.UU. está, por ahora, actuando a favor de los precios.

La escasez en el volumen de las lluvias afecta todos los cultivos de verano, por supuesto al maíz y a la soja.

Hace una semana, el USDA el realizó una reducción del orden de 4 puntos porcentuales en las condiciones del maíz estadounidense. Si las lluvias no son suficientemente abundantes, podrán afectar el estado de la soja del país del norte. Veremos cómo sigue esta historia.

La probabilidad de lluvias para las próximas horas es prácticamente nula en lo que respecta al área occidental del cinturón maicero, tal como podemos apreciar en el mapa del USDA.


Las exportaciones de soja, por parte Brasil, están el centro de las miradas del mundo comercial. Ello es así por el peso que tienen estas exportaciones sobre el total mundial y porque, muy especialmente, este año han logrado capturar un espacio mayor al usual en el comercio internacional.

El incremento interanual de las exportaciones de soja para marzo fue del 30%. Para el mes de abril, de poco más del 60%. Y para mayo representó un 55%.

Realmente, este año el aumento es notable.

Con los números de la BCR, presentamos el siguiente cuadro. Se refiere al volumen de exportaciones de poroto de soja de Brasil, en el período enero/mayo, donde la barra verde responde al actual año. Y la barra roja, al 2019. Y la azul, al 2018.


Obviamente, el aumento, en parte, es el fruto de los problemas comerciales entre EE.UU. y China. Pero, solo en una mínima proporción.

Es que Brasil ha logrado entrar en nuevos mercados o, más bien, aumentar sus ventas a los mercados usuales.

Mientras tanto, nuestro país continúa con su política de claro sesgo anti-agrario.

¿Qué decir de Vicentín? La falta de independencia de la Justicia y el Poder Legislativo, que se encuentran invadidos por el Ejecutivo, alarma. Y es una clara señal en contra de la inversión en general y, en particular, sobre el eslabón agrícola.

El desánimo ha cundido en el eslabón. Y, hoy por hoy, se está convirtiendo en una furia cuyo horizonte resulta impredecible.