La brecha cambiaria entre el tipo de cambio oficial y el contado con liquidación llegó a niveles preocupantes en mayo del 2020 (73,25%). Por su parte el bajo nivel de las reservas internacionales netas es alarmante. Hoy, el panorama continúa complicado ya que la brecha cambiaria en el promedio de junio supera el 66% y las reservas netas internacionales se ubican en torno a los US$ 7.500 millones.
En el gráfico se observa que durante el período 2012-2015, Argentina convivió
con niveles elevados de brecha mientras que al mismo tiempo las reservas
internacionales netas entraban en caída libre. A principios del 2014 se produjo
una devaluación que redujo la brecha sustancialmente, pero está volvía a
incrementarse meses después. En enero 2015 se observa un punto de inflexión que
se logró mediante un sinceramiento del tipo de cambio, pero sus efectos fueron
de corto plazo para volver a colapsar en agosto del 2019. Durante este período
las reservas internacionales netas se recuperaron obteniendo un pico en febrero
de 2018 siendo las más altas desde el 2012. Por otro lado, la brecha cambiaria
se volvió prácticamente inexistente por tener un tipo de cambio sin estar preso
del cepo. En septiembre del 2019, la brecha fue creciendo y las reservas
internacionales netas se desplomaron hasta nuestros días.
Por su parte el gobierno ha decidido intensificar los controles cambiarios
obligando a los importadores que tenían dólares líquidos en el exterior a
utilizarlos al momento de realizar sus importaciones. Este tipo de medidas son
de cortísimo plazo y generan otros problemas. Por un lado, se les obliga a las
empresas que habían logrado generar activos en dólares para protegerse de la
inflación a comprar al dólar paralelo mientras que el resto lo seguiría haciendo
con el dólar oficial. De esta manera el BCRA busca cuidar sus reservas
sacrificando la de los productores que pudieron y supieron ser precavidos.
Además, se genera desabastecimiento en ciertos sectores porque se detienen
ventas de productos que se utilizan en procesos productivos (fertilizantes,
agroquímicos, entre otros). Si el 2015 terminó con una devaluación debido a una
brecha alta y la caída de las reservas internacionales netas, lamentablemente
con brecha más alta y escasas reservas pareciera que vamos a seguir el mismo
camino.
Fuente: Fundación Libertad y Progreso