La producción total de carne en el mundo disminuirá en un 1,7% en 2020, debido a las enfermedades de los animales, las perturbaciones del mercado relacionadas con COVID-19 y los efectos persistentes de las sequías, según las previsiones del organismo de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). Se estima que la producción total mundial de carne en 2020 caerá a 333 millones de toneladas —equivalente en peso de la canal—, será 1,7% más baja que el año pasado, marcando el segundo año consecutivo de caída.

Se espera una fuerte caída en la producción mundial de carne de cerdo, concentrado en gran medida en los países asiáticos afectados por la peste porcina africana, reduciendo este tipo de producción en un 8% hasta los 101 millones de toneladas, pero también de carne vacuna, especialmente en los Estados Unidos y Australia, lo que haría que cayera la producción en un 0,8% hasta los 72 millones de toneladas.

A su vez, la producción mundial de carne aviar crecerá en un 2,4% hasta los 136,8 millones de toneladas y la ovina subiría un 0,9% hasta los 16,2 millones de toneladas, según estudio de la FAO.

El ritmo de expansión de todos los sectores cárnicos ha sido afectado negativamente por las interrupciones del mercado de COVID-19, agravando los efectos de las enfermedades animales.

Se pronostica que el comercio internacional de carne crecerá a 37 millones de toneladas en 2020, un 2,4% más año con año, pero considerablemente más lento que el 6,8% registrado en 2019. Esa lentitud se deberá, en gran parte, a una posible reducción en consumo mundial de carne, consistente con las expectativas de recesiones económicas generalizadas

También es probable que las limitaciones en el envío y la acumulación en los puertos, lograría frenar el crecimiento del comercio mundial de carne.

El análisis de FAO anticipa que China proporcionará gran parte del impulso comercial, ya que se ven importaciones aumentando en un 24% interanual. La demanda de importaciones de carne se satisfacerá principalmente a través del aumento de las exportaciones de Brasil, Estados Unidos, la UE y Reino Unido.

La combinación de los problemas económicos relacionados con la COVID-19, cuellos de botella logísticos y un fuerte descenso en demanda del sector de servicios alimenticios debido a bloqueos, ha llevado a una caída global en la demanda de importaciones, causando una reducción en los precios internacionales de la carne, medidos por la FAO Meat Index Prices. La mayor caída se registra en el precio de la carne de ovino seguida por la de aves, cerdos y vacuno. La caída de las ventas en el canal foodservice ha llevado a un incremento de los stocks de carne sobre todo en categorías premium, abaratando los precios internacionales del producto.